La Paz, 17 de septiembre de 2022 (ABI). – En el altiplano paceño, a 92 kilómetros de la ciudad de La Paz, está instalada la Base Naval de Guaqui, cerca al inmenso espejo del sagrado lago Titicaca, un centinela de la soberanía y, en el último tiempo, una fuerza de combate contra las ilícitas actividades del contrabando y narcotráfico que se dan en esa región lacustre, límite con Perú.
La Base Naval de Guaqui depende del Cuarto Distrito Naval Titicaca, que está comandado por el capitán de navío Marcelo Castellón. Los militares navales ejecutan operativos por tierra y agua, en la amplia y extensa área de su influencia.
La Agencia Boliviana de Información (ABI) participó un día de los operativos y fue testigo del trabajo de lucha contra el narcotráfico y el contrabando. La Fuerza de Tarea Agropecuaria, en apoyo al Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando, desplazó 120 uniformados para labores de interdicción con puestos de control móviles en carreteras como La Paz-Jesús de Machaca; La Paz-Guaqui y La Paz-Desaguadero.
Uno de esos grupos está desplazado en Corpa, población entre La Paz y Jesús de Machaca."¡Buenos días! Procederemos a revisar el equipaje, disculpen las molestias -control rutinario-", explica uno de los uniformados cuando se detiene a un minibús de transporte público en el punto de control móvil, instalado muy temprano en la mañana.
Uno de los militares revisa en el interior del vehículo lo que transportan los pasajeros, mientras que otro la carga que lleva sobre la parrilla. El frío es intenso a esa hora de la mañana. Lo dejan pasar sin problemas, pero no todo es así. En la revisión de otro motorizado descubren varias cajas de fruta procedentes de Perú.
No tiene documentación de la mercadería."Es solo fruta, solo son ocho cajas y vine de paseo a Desaguadero, es para mi familia", argumenta la propietaria. Uno de los militares le explica que, a más de una de esas cajas, el resto es considerado ilegal, contrabando, porque no pasó por Aduana.
1.200 kilos de fruta incautada
En solo 20 minutos de labor del puesto móvil de requisa militar, se detectó internación desde Perú de alcohol, frutas, alimentos y otros productos. Al ser descubiertos, muchas personas tratan de pasar con el argumento de que es la primera vez que traen mercadería o que es solo para consumo familiar, justificativos que se caen por el modo de embalaje de la mercadería.
A la distancia se ve que tres motorizados, al darse cuenta del control, cambiaron de ruta. Un equipo de militares fue tras ellos y logra interceptar a uno."Jefe, solo son frutillas, no es nada malo, es para consumo familiar", indica el conductor que iba acompañado de su esposa y su bebé.
En la revisión se constata al menos 25 cargas de frutilla, hábilmente envueltas en franelas, aguayos y bolsas de yute. Más de 1.200 kilos de fruta, entre frutilla, mango, manzana, chirimoya, palta y otros, fueron incautados en ese puesto móvil.
Furgoneta con doble fondo
Cuando el punto de control estaba por trasladarse a otro sector, aparece una furgoneta que, a reducida velocidad, pretendía pasar desapercibida. El conductor se mostró nervioso y a simple revisión se notó algo diferente, por lo que el motorizado fue trasladado a un recinto militar.
“La furgoneta tiene doble fondo, el chofer alegó desconocer el contenido de lo que llevaba”, informó el Capitán Castellón.
En el compartimento se descubrió más de 100 cajas de productos peruanos, por un valor de $us 10.000. Tras elaborar la boleta de comiso, el chofer fue liberado, pero el vehículo quedó secuestrado y fue remitido a la Aduana Nacional.
Los loros
El flujo de vehículos empieza a descender y los militares dedujeron que ya corrió la voz de la ubicación del puesto móvil, por lo que el control se llevó hasta el límite entre el Estado boliviano y la República de Perú.
Según los militares, estos controles deben cambiar de ubicación constantemente, porque “los loros”, aquellas personas que alertan a los contrabandistas, informan de los operativos.
“Puerto del contrabando”
Después de un recorrido de 30 minutos por camino de tierra y otros 20 por asfalto, los militares llegaron al muelle ilegal denominado “La Carroñera”, en el río Desaguadero, límite natural con Perú.
“Los contrabandistas se dan formas, han hecho un relleno en este espacio acuático, utilizan esta vía para ingresar contrabando y narcotráfico al territorio boliviano. En estos momentos corremos un riesgo, porque hay personas que están anoticiando a los contrabandistas, hay que salir a la brevedad de este lugar”, advierte Castellón.
Al frente, en la orilla del lado peruano, esperaba un camión, mientras que dos botes que se dirigían a la Carroñera cambiaron su curso, ante la presencia militar. Desde la planicie era evidente que desde lo alto de las montañas vigilaban algunas personas.
Aquel atracadero, construido ilegalmente, mide más de 100 metros de largo, con un ancho aproximado de tres metros. Tiene seis depósitos artesanales, donde almacenan la mercadería transportaba ilegalmente desde Perú.
Alrededor del muelle estaban 17 embarcaciones. Autoridades bolivianas buscan los mecanismos para la destrucción del muelle ilegal, ya que se encuentra en un río compartido.
“El Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando, la Dirección de Intereses Marítimos y el Ministerio de Defensa están realizando los trámites para autorizar la destrucción de estos muelles construidos clandestinamente”, informa Castellón.
Por su parte, el capitán del Puerto de Guaqui, el teniente Ángel Zapata, recuerda que el cierre de fronteras con la llegada del COVID-19 derivó en la habilitación de tres puertos irregulares y que ahora son utilizados para la comisión de ilícitos.
Patrullaje lacustre
El Titicaca, es el lago navegable más alto del mundo y está ubicado en el altiplano boliviano, a una altitud de 3.812 metros sobre el nivel del mar. La Armada Boliviana creó el Cuarto Distrito Naval “Titicaca” en la zona, con capacidad de movilización terrestre y fluvial de personal militar para el resguardo fronterizo y la preservación de los recursos naturales y del medio ambiente.
Empezaba la noche y empezó el patrullaje lacustre.
“Estamos a bordo de la Lancha Patrullera 435 Antofagasta, perteneciente a la Armada Boliviana, estamos saliendo por el canal de Guaqui. Vamos a desplazarnos hasta el espejo de agua del Lago Titicaca hasta llegar a la culata del Desaguadero, que es un punto de ingreso hacia la línea de frontera entre Perú y Bolivia”, informa el capitán de corbeta Andrés Vega, segundo comandante de la Base Naval Guaqui.
La lancha es de origen chino, tiene integrado un radar y una carta electrónica que le permite navegar, incluso por la noche.
Vega informa que en los patrullajes se abordan botes artesanales, utilizados especialmente en la pesca, porque son empleados para trasladar contrabando e, incluso, sustancias controladas, principalmente por la noche.
Los operativos fluviales lograron el decomiso de contrabando por valor de Bs 2 millones en el último tiempo y de un cargamento de marihuana.
“Hemos podido hallar marihuana que estaba siendo trasportada por este espacio lacustre. Las personas que se dedican a estos ilícitos se dan los medios para poder transportar, especialmente lo hacen de noche”, relata Vega.
Los contrabandistas y narcotraficantes emplean botes con motores de baja potencia para no ser detectados.
El patrullaje se extendió por una hora y media, en esta ocasión, sin decomiso de contrabando o sustancias controladas.
Los militares desplazados a esta zona, no solo combaten los ilícitos, sino también brindan asistencia humanitaria y ejecutan operaciones de búsqueda, salvamento y rescate en caso de siniestros.