Especialistas de cuatro países coinciden en que recetas del FMI derivan en desempleo, crisis y violencia
Analistas económicos y periodistas de Brasil, Argentina, Ecuador y Bolivia, coincidieron en denunciar que el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorga créditos condicionados a los países, lo que deriva en aumento del desempleo, disminución de la inversión pública, achicamiento del Estado y eliminación de subsidios al combustible, con secuelas de violencia y levantamientos populares.
Estos análisis fueron expresados este domingo en el programa Economía Plural, de Bolivia Tv, por los periodistas Daniel Oiticica, de Brasil; Daniel Cacciabue, de Argentina; Orlando Pérez, de Ecuador; el exministro de Economía de Bolivia, Mario Guillén; el exviceministro Marío Durán y la exintegrante de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Otilia Choque.
Oiticica señaló que desde los años ’50, Brasil recibió, en distintos momentos, créditos condicionados del FMI, los cuales impulsaron la reducción de salarios, disminución de la inversión pública para sectores sociales bajo la lógica de defender “intereses del mercado financiero internacional”.
Para el analista argentino Daniel Cacciabue, el FMI tuvo su respaldo en los gobiernos neoliberales cuando se manejaba el discurso de la urgencia de la globalización o del “fin de la historia” de Francis Fukuyama.
Dijo que el FMI representa los intereses de EEUU, ya que ese país es el principal accionista del Fondo.
El especialista destacó la decisión del presidente Luis Arce de devolver el crédito al FMI como una señal de soberanía, ya que la lógica de la región debería ser “más justicia, más dignidad y menos FMI”.
Por su lado, el ecuatoriano Pérez, dijo que los créditos del Fondo, en su país, históricamente desembocaron en levantamientos populares, huelgas, privatización de empresas públicas y derrocamientos de autoridades debido a que el FMI normalmente exige achicar el Estado.
Dijo que, en Ecuador, una de las recetas del Fondo fue el retiro del subsidio del combustible, lo que generó una conmoción popular de magnitud.
Pérez también destacó la decisión del Gobierno boliviano de devolver el crédito del FMI.
Al respecto, el exministro de Economía, Mario Guillén, explicó que esa devolución del crédito se realizó por que el mismo era ilegal, debido a que no contó con la aprobación de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
Además de ello, el préstamo implicaba condicionamientos aceptados por el régimen de Jeanine Áñez, ya que generó no solo intereses por un monto de $us 5 millones, sino que incluyó derechos especiales de giro, es decir, un mantenimiento de valor que significó el pago de otros $us 20 millones para el Estado en un solo año.
Entre los condicionamientos exigidos, Guillén citó los despidos, la reducción de la inversión pública, una posible devaluación y, lo más importante, el riesgo de dejar “con las manos atadas” al gobierno de Luis Arce.
Para la exasambleísta Otilia Choque, el Legislativo rechazó el crédito del FMI debido a que fue desembolsado sin conocimiento de la Asamblea, no contaba con un contrato público, no especificaba condiciones financieras ni objetivos claros y el plazo de pago era muy corto, además de los intereses muy elevados.
Por su parte, el exviceministro Jaime Durán explicó que, históricamente, los condicionamientos del FMI estuvieron detrás de la “guerra del agua”, del “impuestazo” y de la privatización de empresas estatales durante el neoliberalismo.
“Con el FMI hay más desempleo, pobreza y bajo crecimiento”, indicó.