Se ha instaurado un reciente debate político que tiene como protagonistas al Movimiento Al Socialismo (MAS), a Eva Copa y a la ciudad de El Alto. Los criterios encontrados hablan de supuestas traiciones y proyecciones electorales en esta ciudad. Dos hechos fácticos son irrefutables y no considerados como variables en los análisis políticos de propios y extraños, masistas y no masistas: El Alto no es toda Bolivia y Eva Copa tuvo dos facetas diametralmente opuestas y contradictorias en su reciente fama política.
Las y los alteños suelen crear un espejismo mentiroso. Radica en la falacia de creer que lo que pase en El Alto, electoralmente hablando, determinará el destino político de Bolivia, esto no es así puesto que se estaría desconociendo inocentemente polos de gran repercusión política como el trópico de Cochabamba, las ciudades intermedias de Santa Cruz y las capitales de departamentos. El Alto no es más ni menos importante, electoralmente, que estos otros polos políticos mencionados precedentemente.
Es ilógico creer que por un determinado partido o agrupación en la alcaldía de El Alto toda la composición social, prácticas políticas, preferencias culturales van a cambiar mágicamente. Detentó la alcaldía alteña Patana y El Alto siguió siendo El Alto con toda su complejidad, estuvo Chapetón y El Alto siguió siendo El Alto en pleno Golpe de Estado, probablemente este Eva Copa y El Alto seguirá siendo El Alto.
La próxima alcaldesa alteña, Eva Copa, era un personaje periférico y desconocido antes del Golpe de Estado en Bolivia. Tiene dos etapas claramente demarcadas y distintas una de la otra. Su primera etapa dedicada a legitimar el Golpe de Estado con las reuniones de coordinación directa con Arturo Murillo Prijic y Jeanine Añez, quizás pecando de inocente, ingenua o como algunos la llaman “vendida”. En esa primera etapa todos los medios hegemónicos de comunicación encargados de legitimar, naturalizar y blindar el Golpe de Estado en Bolivia brindaron amplia cobertura a Eva Copa por su alineación y sintonía con el régimen.
Pero también existe una segunda etapa de una Eva Copa madura políticamente, empoderada y comprometida con su pueblo donde pudo desequilibrar ciertas maniobras del régimen de Añez, actuó de forma muy astuta acumulando capital político y administrando su importancia. En esa segunda etapa los mismos medios que la proyectaron se encargaron de defenestrarla. Mientras mejor hablen los medios hegemónicos de comunicación de ti, tu accionar está más alejado del pueblo. Mientras más comprometido con los intereses populares estés, más atacado por esos medios serás; ese es el real barómetro político.
Eva Copa fue amada mediáticamente en su primera etapa alineada al golpismo y odiada por esos mismos medios mientras mas se alejaba de las directrices del régimen y se oponía al golpismo. Por eso es menester distinguir la primera de la segunda etapa de Eva Copa. Y preguntarse con cierta duda razonable: ¿Pasará sin pena ni gloria y así habrá cambiado su proyección nacional por su chance local inmediata? La historia se encargará de responder la interrogante absolviéndola o condenándola.
Por lo analizado es absurdo hablar de "recuperar El Alto" lo único que "se recupera" es un espacio burocrático denominado Alcaldía, como un gran botín que pasa a ser cobrado por unos o por otros como un pasanaku. A la vez, se debe entender que toda esta particularidad aplica única y exclusivamente para El Alto, la interpretación d este universo político no se puede aplicar por analogía a cualquier otra ciudad y es que El Alto es El Alto, siempre alineado con el bloque popular.