Alfredo Serrano, director ejecutivo del Centro EstratégicoLatinoamericano de Geopolítica (Celag) y autor del libro “Evo: Operación Rescate: Una trama geopolítica en 365 días”, fue actor y testigo del operativo de rescate humanitario del líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales, en 2019.
El texto es una crónica del año considerado el más peligroso para el expresidente boliviano. Así el libro de la editorial Sudamericana, que ya se encuentra en Bolivia, da a conocer detalles desclasificados de lo que fue el rescate de Morales, desde su renuncia en noviembre de 2019 hasta su retorno a Bolivia en noviembre de 2020.
En entrevista con la Agencia Boliviana de Información (ABI), Serrano cuenta detalles del libro, su evaluación a dos años de los hechos y las lecciones políticas que deja todo lo que fue el operativo delimitado por las reglas geopolíticas.
¿Por qué “Evo: Operación Rescate: Una trama geopolítica en 365 días” es un libro necesario para estos tiempos en la región?
En primer lugar porque es un libro que narra todo lo que sucedió en un año decisivo para América Latina y, particularmente, para Bolivia. Lo cuenta desde un lugar donde habitualmente se sabe muy poco, casi nada, y es todo lo que ocurre entre los entretelones de la política, de la geopolítica.
Es una suerte de relato de la geopolítica tras bambalinas y es, de alguna manera, una forma de también lograr entender la complejidad y toda la letra pequeña que tienen las relaciones internacionales.
Es un libro también, yo diría, que tiene un añadido interesante y es que hace un guiño a lo que podríamos llamar la geopolítica de la generosidad. Dicho de otro modo, es un homenaje, un mimo, una caricia a tanta buena gente en la región: del presidente electo Alberto Fernández en aquel entonces y parte de su equipo más cercano, el Gobierno mexicano a la cabeza de Andrés Manuel López Obrador, su canciller Marcelo Ebrard, y dos personas fundamentales de la Cancillería (de México), como fueron el subsecretario para América Latina, Maximiliano Reyes, y parte de su equipo Efraín Guadarrama, o la propia embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado.
El libro cuenta todos los detalles además desclasificados, cuenta todas las conversaciones inéditas por WhatsApp que hubo del momento del rescate de Evo Morales hasta su vuelta a Bolivia un año después, en medio de la pandemia, la salida desde México a Argentina, la estadía en México y Argentina, la campaña electoral en Bolivia en la fase final de la campaña electoral, el rol de Luis Arce, las relaciones entre Alberto Fernández y Luis Arce, de infinitos actores de la política latinoamericana. Muchas de las conversaciones han sido desclasificadas en WhatsApp, donde yo, diré, incluso estaba presente.
En el texto, usted relata con varios detalles su experiencia y participación en la operación humanitaria de rescate de Evo Morales en noviembre de 2019, ¿qué lecciones políticas le deja toda esta vivencia?
Lo primero, que es fundamental, no tirar la toalla cuando vienen momentos complicados y difíciles. Siempre uno puede encontrar mucha adversidad en una situación de la vida y de la política. No solo basta con radiografiar o diagnosticar las dificultades y no solo basta con lamentarse, quejarse de lo difícil, que es, a veces, un escenario, insisto, válido para la vida, pero también válido para la política.
Desde el minuto inicial, como inicia el libro, con una llamada de Álvaro García Linera en la región del Chapare, ya cuando estaba con Evo Morales, ese domingo 10 de noviembre del año 2019, después de la renuncia condicionada, y me pedía que pudiéramos ayudar, en la medida de lo posible, salvar la vida de Evo, a sabiendas que esto era una misión casi imposible, había que hacer todo lo que se pudiera y más para intentar que todo pudiera salir con la vida de Evo Morales, con la vida de Álvaro García Linera y de Gabriela Montaño.
Yo creo que hubo mucha gente que creyó en hacer todo lo que está en sus manos y un poco más y no pararse ante las dificultades, no detenerse por un análisis de una situación difícil.
Creo que el Gobierno mexicano demostró que no hizo cálculos ni costes, se apegó a la ley internacional; pero, sí demostró que las convicciones por guardar la vida de un ser humano estaban por encima de todas las dificultades, lo mismo le pasó a Alberto Fernández, que no hizo ningún tipo de cálculo político y que decidió ir hacia delante, no solo en apoyar con todas las zancadillas y obstáculos que se produjeron hasta que finalmente Evo pudo salir con el avión mexicano, yo creo que eso fue una de las principales lecciones, no tirar nunca la toalla.
Luego, eso me lo demostró, y lo narro así en el libro, la visita que hice a Evo Morales dos semanas después en México. Cómo incluso después de un momento muy difícil con un golpe de Estado con tanta violencia, con tanta persecución, con tantas muertes, con tantas quemaduras de casa de gente, de todo, Morales demostraba una gran convicción histórica y, sobretodo, la importancia que es crear horizontes de posibilidades y si puede ser llevado a la praxis. A pesar de todas las dificultades, volverse a levantar y marcar un rumbo de horizonte de posibilidades.
Una segunda lección: saber quién es quién en la política latinoamericana. Yo creo que ahí se va demostrando que hubo personas que no quisieron hacer nada para una ayuda humanitaria, porque se necesitó una ayuda humanitaria para salvar la vida de Evo Morales igual que la de otra persona y cómo Mauricio Macri, desde el primer minuto en el cual Alberto Fernández le llama por teléfono esa misma noche, donde yo contacto con el presidente Alberto. Bueno, en ese instante, Macri decidió estar en otro lado de la historia, en el lado de los que no ayudan, en el lado de los que hacen todo lo contrario.
¿En qué medida el operativo fue delimitado por las reglas geopolíticas?
Este evento muestra, una vez más, que todo lo ocurrido al interior de Bolivia fue en parte explicado por lo que ocurrió afuera. Sin la intervención de Luis Almagro (Secretario General de la Organización de Estados Americanos) seguramente no se hubiera propiciado el tipo de golpe de Estado que se dio, porque contribuye de manera activa y protagónica a que hubiera un golpe en Bolivia; claro, las condiciones permanentes hasta la puntilla final, cuando sacan un comunicado de un informe preliminar sin conclusiones definitivas, donde no solo aconsejaba ya que hubiera segunda vuelta, sino, además, con muchas fallas estadísticas y debilidades metodológicas, planteaba la no vuelta de Evo Morales al presentarse como candidato.
También, la geopolítica tenía respuestas como fue el compromiso de Alberto Fernández, del presidente Andrés Manuel López Obrador de México, así como el compromiso de mucha gente de América Latina, del mundo en lograr que no sólo se salvará la vida de Evo, Álvaro y Gabriela, sino de contribuir luego a la recuperación de la democracia en un tiempo récord.
¿Qué mensaje político dan a la región las acciones inmediatas de líderes como Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador en el operativo de rescate?
Lo que demuestra el rol protagónico de los dos gobiernos, uno entrante presidido por Alberto Fernández y el de Andrés Manuel López Obrador, con un importante papel de la Cancillería, demuestran que se viene fraguando otro pivote geopolítico en la región, que existe un nuevo centro de gravedad de la geopolítica en la región que demuestra que estos dos países tan relevantes con gobiernos de signos progresistas posneoliberales tienen cada vez más un rol protagónico en América Latina.
Aquellos que venían hablando del fin de ciclo progresista, allá por el 2005 y 2015 en adelante, han visto cómo esa hipótesis no ha sido ratificada. Existen hoy en día procesos en la región que tienen otros signos, un signo ideológico progresista y que ese nuevo orden, la presidencia de la Celac de México, incluso el papel que tiene el Grupo de Puebla, que ha desplazado absolutamente a lo que intentó hacer el Grupo de Lima. Por lo tanto, creo que muestran estos dos gobiernos junto a otros como el boliviano que van cambiando la correlación de fuerzas geopolíticas de la región y tiene un papel muy relevante.

