El desempeño del sistema financiero tiene políticas muy claras de mantener su crecimiento de manera constante y esto se refleja por la confianza de la población en las políticas financieras y la estabilidad del país, en los eventos sucedidos a finales del 2019 y luego la pandemia.
La gestión de riegos en un difícil contexto dominado por la emergencia sanitaria, lo que ha representado un choque económico y financiero global sin precedentes que ha requerido medidas extraordinarias para hacer frente a esta situación.
Uno de los principales problemas era la liquidez, el cual se fue mitigando con medidas de inyección de capital por parte del Banco Central de Bolivia (BCB), los bonos, el aumento a las rentas, se restableció la inversión pública, un incremento del 6% de créditos de vivienda y un 7% en los créditos productivos, un crecimiento en el refinanciamiento y reprogramación de créditos y los ahorros en el sistema financiero, que registraron un incremento del 5% hasta junio de 2021, en comparación a similar periodo de 2020; y que el número de cuentas de depósitos en el sistema financiero subió en un 7% al primer semestre del año en curso.
En efecto, pese a la coyuntura de emergencia sanitaria que caracterizó al 2020, el sistema financiero continúo con su expansión reflejada en un crecimiento anual de activos totales de 7,5%, impulsado principalmente por el aumento de cartera, aunque mostró un menor crecimiento. Por su parte, las inversiones financieras y las disponibilidades registraron un importante incremento de 9,4% y 9,2%, respectivamente.
Esta dinámica estuvo apoyada por medidas destinadas a la provisión de recursos al sistema financiero y la canalización hacia empresas y hogares, que además de atenuar los efectos económicos de la pandemia por el descenso de la actividad y tensiones en la liquidez, reforzaron la recuperación de la actividad de intermediación después de los conflictos de octubre y noviembre de 2019.
Por su parte, los depósitos en caja de ahorro cerraron el semestre con una disminución anual de 1%, atenuando la contracción iniciada en octubre de 2019 resultado de la disminución de la actividad y el consumo.
Esto da pie a que a inicios del 2021 se replantee primeramente ganar la confianza del público, donde la inclusión financiera juega un rol muy importante, esto significa que para personas físicas y empresas, tener acceso a productos financieros útiles y asequibles que satisfagan sus necesidades, transacciones, pagos, ahorros, crédito y seguros, prestados de manera responsable y sostenible, y según los datos del BCB tenemos un crecimiento de 7,3% en cajas de ahorro que significa 1,3 millones de nuevos ahorristas, esto equivale a que las políticas de reactivación van marcando un avance efectivo sobre la población.
El acceso a servicios financieros facilita la vida cotidiana y ayuda a las familias y las empresas a planificar para todo, desde los objetivos a largo plazo hasta las emergencias imprevistas. Es más probable que, en calidad de titulares de cuentas, las personas usen otros servicios financieros, como créditos y seguros, para iniciar y ampliar negocios, invertir en educación o salud, gestionar riesgos y sortear crisis financieras, todo lo cual puede mejorar su calidad general de vida.
La inclusión financiera se está convirtiendo en una prioridad para las autoridades, y por lo tanto las entidades de Intermediación Financiera dan un nuevo norte con una nueva política de créditos como el de Vivienda y Productivo, con el fin de la reactivación económica y la inclusión a nuevos clientes que puedan acceder a créditos en excelentes condiciones
La tecnología financiera digital, y en particular el aumento del uso de teléfonos móviles han facilitado la ampliación del acceso de las pequeñas empresas y poblaciones difíciles de alcanzar a servicios financieros a un costo más bajo y con menos riesgo.
Esto convoca a la confianza de los bolivianos sobre las políticas económicas del Estado, las que están dando frutos por las tasas de crecimiento en los ahorristas, esta confianza que se había perdido a finales del 2019 y a lo largo del 2020 por dos factores importantes: uno, la falta de seguridad en el sistema financiero por las malas políticas económicas y la inestabilidad social, pero en esta nueva gestión de gobierno da un norte a la reactivación y se plantea un crecimiento constante con un fomento a la empresa y a los nuevos emprendimientos.
Martín Moreira/.