Ayda Kantuta, madre aymara y vecina de El Alto, sufrió tortura en 2020 solo por pedir elecciones en el régimen de Jeanine Áñez. Fue detenida, denigrada y alejada de sus hijos.
En Bolivia, se vivía una cuarentena en 2020. Uno de esos días, salió por alimentos para sus hijos pequeños y vio una concentración de personas que reclamaba comicios al régimen. La Policía estaba en el lugar.
“Una cholita, mi menor, les tiró una piedra y la Policía la levantó. Me escondí y bajé por la calle. Les dije que necesitaba sacar el bono de mi hijo. Ahí, me torturaron”, contó en entrevista en el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales.
Relata que los efectivos no la dejaban ir y la gasificaron hasta que perdió la conciencia. Cuando despertó, vio que uno de los policías intentaba abusarla. “Mi falda estaba subida, intentaron abusarme”, denunció.
“Me manoseó y me pegó con su tolete en la cabeza. Le rogué de rodillas para que no me haga nada”, testifica.
Ayda Kantuta no era la única persona detenida. Otro vecino que estaba arrestado la defendió y evitó que fuera abusada.
Luego de todo lo sucedido fue enviada al Centro de Orientación Femenina de Obrajes, donde pasó la cuarentena durante cinco meses alejada de su familia. Era inquilina y fue despojada de sus pertenencias al no poder pagar el alquiler. Sus hijos pequeños fueron a vivir con otros familiares. Hoy, pide justicia.

