La vida de Saturnino Condori ya no es la misma desde que aquella bala destruyó parte de sus intestinos y dañó su cadera para siempre. “Ya no puedo sentarme”, lamenta y cuenta que sólo puede estar de pie por un tiempo limitado o, de lo contrario, postrado en cama para evitar cualquier esfuerzo mayor que pueda empeorar su salud. Hoy, vive de la caridad.
El agricultor y albañil es una de las víctimas de la represión militar y policial del 15 de noviembre de 2019, durante el régimen de Jeanine Áñez, cuando uniformados ejecutaron un operativo en la zona de Huayllani del municipio de Sacaba en el trópico de Cochabamba.
“Cuando me masacraron, me quitaron mi trabajo y mi futuro. ¿Por qué pedimos justicia? Por eso”, reclama en Cochabamba, durante una entrevista con el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales que da la voz a las víctimas de los hechos violentos de 2019.
Saturnino era integrante de una marcha pacífica de sindicalizados de las Seis Federaciones del Trópico que pedía respeto a la democracia y cuestionaba al régimen de Áñez. El día de los hechos, a las 16.00, los uniformados cercaron la movilización que tenía como fin llegar hasta la ciudad de Cochabamba. Las fuerzas combinadas usaron gases lacrimógenos, balines y balas, según la Defensoría del Pueblo. Cuando Condori intentaba escapar del lugar y se alejaba, recibió un disparo por la espalda.
“Ya no hay quien da plata (en casa), no sé a qué llegaré”, dice entristecido Saturnino Condori, uno de los sobrevivientes de la represión que dejó 10 fallecidos por arma de fuego.

