La Paz, 15 de julio de 2022 (ABI).- El presidente del Estado, Luis Arce Catacora, participó la tarde este viernes de los actos protocolares y del encendido de la Tea de la Libertad en honor a los 213 años del primer grito libertado de América (1809). En la oportunidad, dijo que no hay mejor homenaje al valeroso pueblo paceño que reafirmar el respeto a la mujer de pollera y a la wiphala, que muchas veces fueron humilladas.
En su discurso, el jefe de Estado rememoró algunos pasajes de la historia para recordar y homenajear a los mártires de la revolución del 16 de julio de 1809, en que la valerosa ciudad de La Paz se reveló contra el saqueo y los atropellos coloniales, instaurando el primer gobierno libre de Hispanoamérica.
“Ya en 1780, Túpac Katari y Bartolina Sisa habían dirigido, en La Paz, una importante rebelión que hizo temblar los cimientos coloniales, pero que fue brutalmente reprimida por los realistas, de ahí la importancia del 16 de julio de 1809, en la que la ciudadanía paceña en su conjunto se rebeló contra sus opresores”, dijo.
La noche del 16 de julio, prosiguió el Presidente, los paceños lograron la renuncia del gobernador y del obispo, eligiendo un gobierno patriota denominado “Junta Tuitiva”, logrando de esa manera instaurar el primer gobierno independiente del continente que entre sus primeras medidas decretó la igualdad, señalando que “ya no hay eso del pueblo bajo o pueblo alto, todos son iguales”.
También prohibió el envió de las recaudaciones al Rey, destinando esos dineros a atender las necesidades presentes de la patria.
En ese contexto se emitió la proclama de la Junta Tuitiva, que declarara la independencia y acabara con el sometimiento español. Además, creó el primer ejército libertador del continente con Pedro Domingo Murillo como comandante.
“Entre tanto, José Manuel Goyeneche, Intendente Realista de Cusco, preparó un ejército de 5.000 hombres con todo el poder bélico disponible para terminar con la revolución en La Paz, conociendo esto, la Junta Tuitiva se disolvió el 30 de septiembre. El 25 de octubre de 1809 Goyeneche entró a La Paz constatando que dos tercios de la población estaba comprometida con la revolución, uno a uno fueron cayendo los cabecillas insurrectos, algunos de los cuales, como Victorio García Lanza, dieron lucha heroica a los españoles en los Yungas, sacrificando la vida en ello”, narró Arce Catacora.
Goyeneche inició juicios a 86 sublevados, de los cuales 14 fueron condenados a pena de muerte, mientras que los demás fueron encarcelados y enviados al destierro. A todos se les confiscó sus bienes, por lo que sus familias quedaron en la más remota miseria, prosiguió.
El 29 de enero de 1810, fueron ejecutado en la horca, Pedro Domingo Murillo, Mariano Graneros, Juan Baptista Sagarnaga, Buenaventura Bueno, Melchor Jiménez, Basilio Catacora, Juan Antonio Figueroa, Gregorio García Lanza y Apolinar Jaén, dando sus vidas por la libertad.
“Antes de morir Murillo dijo la famosa y célebre frase, ‘la tea que dejo encendida, nadie la podrá apagar’, y en homenaje a su coraje cada año, paceñas y paceños, encendemos la tea de la libertad, que nos recuerda que somos un pueblo digno y soberano”, expresó el mandatario.
Pese a que los paceños quedaron horrorizados por las ejecuciones, la sed de independencia siguió creciendo en sus corazones y siguieron luchando durante 16 años, hasta que en 1825 se alcanzó la ansiada independencia, complementó Arce Catacora.
“Pese a las brutales represiones y masacres, el pueblo paceño nunca perdió su rebeldía, el año 2003, por ejemplo, no dudó en salir a las calles a expulsar al gobierno neoliberal, que había privatizado los recursos naturales. Igualmente, miles de paceños y paceñas resistieron el golpe de Estado de 2019, en el que se humilló a las y los masistas, especialmente a las y los hermanos indígenas y a nuestra wiphala”, mencionó.
Por eso, dijo, hoy valoramos a la mujer de pollera, que representa la dignidad de las mujeres bolivianas, “no hay mejor homenaje al pueblo paceño que reafirmar nuestro respeto a las mujeres de pollera y a nuestra wiphala”, recalcó el Presidente.
Aseveró que el mensaje de Pedro Domingo Murillo deja como ejemplo la entrega de la vida misma por construir una patria digna y soberana, sin opresores ni oprimidos y con más justicia social.
“La historia debe servirnos para que hoy, paceñas y paceños, bolivianas y bolivianos nos sintamos orgullosos de nuestro pasado, lleno de coraje y heroísmo por las hazañas de nuestros antepasados”, resaltó.
Ponderó que desde el Gobierno nacional se trabaja intensamente para recuperar la economía, la salud y la educación para todo el país, y que se requiere el acompañamiento de las gobernaciones y de las alcaldías para devolver el bienestar al pueblo.







