Enseñanzas del golpe en Paraguay: América Latina es un territorio en disputa entre neoliberales y sectores populares
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El golpe de Estado que ocurrió en Paraguay hace nueve años en contra del entonces presidente progresista Fernando Lugo, muestra que América Latina es aún un territorio en disputa entre sectores neoliberales y oligárquicos frente a gobiernos democráticos, populares y progresistas.
Esta es una de las conclusiones del panel internacional virtual denominado “A nueve años del golpe contra Paraguay. Democracia y Resistencia en América Latina”, organizado por el Frente Guasú con la participación de Fernando Lugo, la expresidenta de Brasil, Dilma Rouseff, el excanciller argentino, Jorge Taiana, entre otros.
En el encuentro, los panelistas coincidieron en que no existe golpe de Estado en la región sin que exista la participación de EEUU.
Otro de los denominadores comunes del temario del encuentro es el papel desgastante de los medios de difusión respecto a los gobiernos progresistas y populares.
Lugo explicó que sufrió un juicio político express que lo destituyó del cargo sin darle derecho a la defensa. “Fue un golpe no solo contra Lugo sino contra la integración impulsada por Unasur y Mercosur”, sostuvo.
Explicó que ese golpe vino antecedido por otro golpe contra José Manuel Zelaya Rosales, en Honduras, el intento de golpe contra Evo Morales, en 2008, el cual fue desarticulado gracias a la participación de Unasur.
Tras ello se dio un juicio político contra la entonces presidenta Rouseff, contra Evo Morales (en 2019) y se espera que no ocurra algo similar al izquierdista Pedro Castillo, en Perú, dijo Lugo.
Rouseff añadió que lo ocurrido en Paraguay fue un golpe de Estado arbitrario, ilegítimo y violento.
Recordó que Unasur condenó el golpe en Paraguay y activó una cláusula democrática para sancionar a los golpistas que permanecieron aislados del contexto internacional.
Por su lado, Taiana indicó que esos hechos muestran que América Latina es un territorio en disputa entre sectores neoliberales y oligárquicos frente a opciones democráticas, populares y progresistas
“Tenemos que defender la democracia participativa, acelerar la integración y desarrollo con justicia social”, añadió.
Bajo los cargos de "mal desempeño en sus funciones" y una masacre sobre sus hombres (Curuguaty), Fernando Lugo, quien asumió la presidencia el 15 de agosto de 2008, fue obligado a abandonar el cargo casi cuatro años más tarde, el 22 de junio de 2012 por la realización de un juicio político calificado de exprés e impulsado por la oposición.
Lugo fue apartado del cargo por petición de la Cámara de Diputados (instancia acusadora) por mayoría (76 votos contra 1), por lo que la Cámara Baja aprobó el libelo acusatorio para someterlo a juicio político.
Posteriormente, Federico Franco, quien era el vicepresidente de Lugo, fue el que asumió de forma interina la presidencia tras el golpe parlamentario, indica un reporte de Telesur.












