El 11 de noviembre de 2019, alrededor de las 10:30 de la mañana, Daniela Vania Vargas cruzaba el puente de la Ceja en busca de verduras, pero de pronto tuvo que volver sobre sus pasos porque una multitud corría despavorida por los disparos de armas de fuego y justo, en ese momento, sintió un leve golpe en el pie izquierdo, seguido de un entumecimiento para luego perder el conocimiento.
“Estábamos cruzando el puente de la Ceja con mi mamá para ir a comprar verduras, entonces en ese momento empezaron a correr las personas y yo también empecé a correr y de repente sentí que algo había llegado a mi pie, no me di cuenta de nada, solamente se me adormeció el pie. Mi madre empezó a pedir auxilio, yo me encontraba ese rato consciente, seguía caminando despacio”, señaló.
“Hemos pedido auxilio, y un señor me dijo ‘quítate la chalina, te vamos a amarrar el pie para detener la sangre’ y fue ahí me hicieron sentar, me senté y perdí el conocimiento totalmente. Al día siguiente desperté y me dijeron que me operaron, que casi me amputaron la pierna porque había perdido demasiada sangre“, manifestó.
“Ahí cuando estaba corriendo por el puente, ahí detrás está Tránsito, de ahí salió la bala, la bala se nota en mi pie, la bala entró por atrás, de mi lado izquierdo entró y salió y al momento de entrar y salir dañó la vena y la arteria”, indicó.
El testimonio de Daniela Vania Vargas forma parte del Informe final de conclusiones de la Comisión Especial Mixta que investigó las masacres de Senkata y Sacaba, que terminó con 37 muertos, más de 800 heridos y alrededor de 1.500 aprehendidos.







