Carla Alina Amurrio, una egresada de la carrera de Historia e integrante del movimiento feminista, fue testigo de la explosión de racismo, violencia y criminalidad que sufrió la ciudad de Sucre por parte de grupos parapoliciales que incendiaron edificios públicos, saquearon sedes sindicales y agredieron a mujeres de pollera durante los primeros días del golpe de Estado de 2019.
Ella, una habitante de la Capital, no duda en afirmar que quienes impulsaron esos grupos civiles violentos que surgieron al amparo del régimen de facto, fueron promovidos por autoridades de la universidad y algunos docentes que instigaron a los estudiantes. Uno de esos actores vandálicos fue Jhamil P., quien ya estuvo involucrado en hechos de racismo extremo ocurridos el 24 de mayo de 2008, dijo.
Según su relato, esos grupos incendiaron y saquearon las instalaciones del Tribunal Departamental Electoral tras las declaraciones de dirigentes políticos, como Carlos Mesa, en sentido de que en los comicios se dio un fraude que nunca fue probado.
Esas turbas "parapoliciales", sostuvo, atacaron también la sede de la Federación de Campesinos de Chuquisaca y se llevaron equipos, dinero y muebles de la entidad sindical.
Además, cerraron las calles con alambres de púas, elementos que causaron heridas en varias personas que intentaron pasar esas vallas, relató Amurrio, quien dijo que pudo observar "el racismo y la discriminación en su grado más alto" ya que se agredía a personas que pensaban distinto y a mujeres de pollera, solo por su vestimenta.
Dijo que estas muestras de odio, si bien explotaron en algunos grupos que se consideran de la élite sucrense, mostraron el desprecio a la mujer por ser mujer, a los indígenas y a quien consideraban de izquierda.

