Rubén Velásquez, detenido durante la masacre del puente Huayllani en Sacaba, Cochabamba, recuerda las torturas que sufrió junto a otros ocho de sus compañeros que fueron detenidos durante el operativo militar y policial del 15 de noviembre de 2019.
“Me golpearon con todo tipo de objetos en la cabeza, con sus cascos, toletes y con la culata de sus armas, me preguntaban dónde estaba el hermano Andrónico y Leonardo Loza, me apuntaron con arma mientras otro se encargaba de filmar con su celular”, relató este viernes, en entrevista para el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales, difundido por el canal Bolivia Tv.
Rubén recuerda que, al momento de su detención, los uniformados trajeron un yute con bazucas y granadas, con la finalidad de señalar que durante su detención los encontraron en posesión de este armamento y, para ello, llamaron inmediatamente a la prensa para que registren este hecho montado por los propios policías.
“Luego, nos llevaron a un comedor y ahí fuimos torturados, nos golpeaban con todo hasta hacernos desmayar, querían que agarremos las bazucas y todo, la golpiza era tan fuerte que muchos de mis compañeros no pudieron aguantar y terminaron desmayados”, testimonia.
Como en todos los casos, Rubén también quedó con secuelas producto del abuso y tortura. Dice que ya no puede escuchar bien. “Ha habido tortura y abuso, lo que nosotros pedimos es justicia por las vidas que se han perdido, por las viudas, los huérfanos y los heridos que han quedado con secuelas, mi persona no puede escuchar bien y quedé con el trauma, algunos ya no pueden trabajar, tiene que haber justicia y una sanción”, exige.







