La Paz, 28 de diciembre de 2022 (ABI). – El presidente Luis Arce Catacora apunta a reconstruir la agenda boliviano-brasileña con el nuevo mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, pero también consolidar la integración ferroviaria a través del corredor que vincule a los océanos Pacífico y Atlántico.
El primer paso lo dará el 1 de enero de 2023, cuando asista a la investidura de Lula como presidente de Brasil, en un acto previsto en el Congreso brasileño hasta donde llegarán una veintena de jefes de Estado.
Los actos protocolares se iniciarán a las 13.00 (12.00 hora en Bolivia), con el arribo de las delegaciones al Congreso Nacional de Brasil, situado en el Palacio Nereu Ramos en Brasilia.
A las 15.00 (14.00 HB) se efectuará la apertura de la sesión solemne de posesión de Lula que asumirá la presidencia por tercera vez, luego de los mandatos cumplidos entre 2003-2006 y 2007-2010.
Mientras que a las 15.50 (14.50 HB) los dignatarios de Estado se trasladarán a el Palacio de Planalto, sede del poder Ejecutivo, que cobijará a la administración de Lula por los próximos cuatro años.
Ahí, el nuevo presidente de Brasil dialogará con Arce Catacora al igual que con los otros jefes de Estado, afirmó el vicecanciller Freddy Mamani en declaraciones a Bolivia TV.
“Para América Latina y el Caribe, y en particular para Bolivia, hay mucha esperanza en el nuevo gobierno de Lula Da Silva, precisamente para abordar los temas de la agenda regional en el marco del proceso de integración latinoamericana”, expresó la autoridad.
En el caso puntual de Bolivia, dijo Mamani, el objetivo es “retomar, reconstruir nuestra agenda bilateral con Brasil” que “durante los últimos cuatro años”, en la gestión del ultraderechista Jair Bolsonaro, “ha sido paralizada”
Cercano al gobierno de facto de Jeanine Añez, Bolsonaro no solo ofreció protección a la exsenadora sino que también asiló al exministro de Defensa, Luis Fernando López, quienes es procesado por el caso denominado Golpe de Estado I en el cual se investigan las circunstancias de la renuncia de Evo Morales a la presidencia en 2019, la proclamación de Añez y el papel de éste como asesor del actual gobernador Luis Fernando Camacho.
López también es investigado por la compra y venta de gases lacrimógenos y material antimotines con sobreprecio, junto con el exministro de Gobierno, Arturo Murillo, quien por cuya razón está preso en Estados Unidos.
Con la posesión de Lula, el Gobierno de Arce espera reconducir los varios aspectos de la agenda bilateral Brasil, uno de los principales mercados del gas natural boliviano. En la agenda destacan temas de comercio, cooperación, medioambiente, recursos hídricos, saneamiento, agua potable, seguridad fronteriza, lucha contra el narcotráfico, entre otros.
Pero también “la integración ferroviaria y caminera que son temas de interés para exportar los productos tanto por el océano Atlántico como por el océano Pacífico y en eso creo que vamos a compartir con Brasil en la integración de infraestructura”, afirmó Mamani.
El Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración permitirá reducir costos y tiempo en el transporte de carga de internacional, ya que a través de éste Bolivia accederá a puertos de los océanos Pacífico y Atlántico de manera directa.
El Gobierno nacional invertirá más de 3.200 millones de bolivianos hasta 2025 para la construcción del Corredor.
En el territorio boliviano ya está construida la red ferroviaria oriental desde Montero hasta Bulo Bulo, sólo falta concluir un tramo.
Asimismo, con una inversión de Bs 18 millones ya se licitó este año el estudio para construcción de la vía férrea Bulo Bulo-Ivirgarzama-Villa Tunari.
De acuerdo con datos oficiales, Bolivia paga un 33 por ciento más de lo que paga cualquier otro país de la región por costos de transporte internacional o de exportación.
Para avanzar en la ejecución del proyecto, el Grupo Operativo de Corredor Ferroviario Bioceánico se reunió el 27 de junio en La Paz y determinó que Bolivia asuma como el coordinador del Comité Ejecutivo de ese proyecto para la gestión 2022 – 2023.
El vicecanciller destacó que se trata de una “agenda sustantiva y robusta” que se tiene con Brasil y que será trabajada con el “nuevo gobierno de Lula Da Silva”.
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