María Elena Cárdenas, viuda del exdirector de Promoción Cultural, Willy Flores, dijo este viernes que ella y su familia no estarán tranquilas “hasta lograr justicia” por la muerte de su pareja por un mal cardiaco que tuvo como efecto de una persecución política y judicial perpetrada en su contra durante el golpe de Estado de 2019.
“No vamos a estar tranquilos hasta lograr justicia, para que Willy tenga paz, para que nosotros tengamos una paz, vamos a buscar justicia”, acotó en una entrevista en el programa “Somos Democracia”, de Bolivia TV.
La entrevistada dijo que la justicia sólo llegará en el caso de su esposo cuando las personas que estuvieron involucradas en su muerte asuman la responsabilidad respectiva.
De acuerdo con Cárdenas, el suplicio de su pareja comenzó cuando fue aprehendido, el 3 de diciembre de 2019, luego de presentarse de manera voluntaria en el Ministerio Público.
Dijo que Flores fue uno de los involucrados por su cargo con “delitos montados”, por su apoyo al proceso de cambio que era liderado por el entonces presidente Evo Morales y su compromiso con la lucha de los derechos de los pueblos por medio del arte.
“Ese fue el delito mayor para que desde el gobierno de facto, durante el golpe, puedan involucrarle en diferentes temas”, sostuvo.
Asimismo, Cárdenas mencionó que Flores fue víctima de intimidación, violencia psicológica, así como su familia y los miembros de su centro cultural “Albor” y una aprehensión en celdas policiales y judiciales por una semana.
La violencia psicológica que tuvo que aguantar y la depresión, agregó, le provocaron una afectación en el corazón, en su salud en general, y todo ello “determinó su sentencia de muerte” porque se le hizo sentir que era culpable por acciones que no había realizado.
“El golpe de Estado no le ha dado una bala en el cuerpo, pero sí le ha dado una bala en el alma y eso es lo que le ha ido matando”, aseveró.
La entrevistada manifestó que Flores falleció por un paro cardiorrespiratorio, el 19 de julio de 2020, pero hasta el último minuto de su vida siguió “pensando en la justicia y en su libertad”.
