La primera vicepresidenta del Senado, Lindaura Rasguido, anunció este miércoles que se implementarán proyectos referentes a plantas de tratamiento de aguas servidas y de basura en Oruro, para detener la contaminación ambiental en el lago Uru Uru.

“Trabajaremos conjuntamente con la Alcaldía y la Gobernación. Ya tenemos algunos proyectos a diseño final”, afirmó la senadora orureña.

Explicó que mientras se consoliden esos proyectos, se trabajará en la limpieza de las riveras del lago Uru Uru y convocó a las instituciones de Oruro a sumarse a esa campaña los días 7, 8 y 9 de abril.

En la misma línea, el alcalde electo del municipio de Oruro, Adhemar Willcarani, al culminar la segunda jornada de limpieza vecinal en orillas del lago, trabajo realizado junto a afectivos policiales, funcionarios de YPFB, ENDE de Oruro y el apoyo del ecologista francés Alexis Dessard, pidió la colaboración de la comunidad internacional.

 
Para implementar una nueva planta de tratamiento de residuos sólidos requerimos $us 70 millones, una reingeniería de las lagunas de aguas servidas de $us 87 millones, y un plan maestro pluvial y sanitario requiere una inversión de $us 30 millones, detalló.

“Son problemas estructurales que necesitamos consolidar para el municipio de Oruro”, aseguró la futura autoridad.

"A mi hija le han torturado psicológicamente", denunció Sinforosa Velázquez, madre de Marina Poma Velásquez, quien sufrió agresiones, amenazas y fue detenida injustamente por los hechos suscitados en noviembre de 2019 en la zona Sur de la ciudad de La Paz.

En contacto con el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales, difundido por Bolivia TV, la entrevistada relató este miércoles que su hija ahora vive traumada por las agresiones psicológicas y calumnias.

“La acusaron porque supuestamente había quemado la casa de Waldo Albarracín; otras cosas más le han puesto para acusarla. No estaba tranquila, la encerraron más de una semana”, dijo Sinforosa Velásquez.

Contó que Marina no sólo fue detenida injustamente por la Policía, sino también su dignidad como hija y madre quedó maltratada. La vida de ella ahora no es normal, todo el tiempo tiene el temor de ser detenida y ya no quiere salir de su casa.

"Mi hija tiene dos niñas, yo estoy mal de salud. Ella es el sustento del hogar. Ahora, ¿quién va a mantener la casa? Pido justicia para mi hija, quien no tenía ninguna afinidad política", clamó Sinforosa, en medio de lágrimas.

La madre de familia lamentó que durante el gobierno de facto de Jeanine Áñez haya ocurrido tanta violencia en las calles, no solo de La Paz, sino también en Cochabamba, Santa Cruz y otros puntos del país.

Celia Mamani, como muchas otras personas se armó de valor para contar lo acontecido con su hijo Ismael Chino, el 11 de noviembre de 2019, cuando fue detenido, torturado y encarcelado bajo el régimen de Jeanine Áñez, por solo vivir en la zona de Senkata.

Entrevistada por el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales, Celia contó que su hijo fue a la universidad, pero al encontrarla cerrada decidió ir a la casa de su padre, sin imaginar que sería abordado por personas civiles y comenzaría a vivir un calvario de insultos, golpes y torturas.

“Lo agarraron y le preguntaron de dónde era y él dijo que de la zona de Senkata, y por eso lo agarraron, le tiraron al piso boca abajo y lo amarraron, para más tarde, en un camión de la Policía, ser trasladado al EPI 3. Ahí le han hecho callejón oscuro, lo desnudaron y le echaron agua, estuvo de rodillas toda la noche. Cuando lo fui a ver, estaba todo lleno de sangre y les habían dado una pastilla para que no sientan el dolor”, recordó con amargura.

Recordó que su hijo le comentó que dentro del grupo de detenidos en el que se encontraba había policías de civil infiltrados, quienes portaban en sus mochilas granadas de gas y petardos, con el fin de incriminarlos.

“Había uniformados civiles infiltrados, que cuando los pusieron en el grupo de detenidos decían: ‘nosotros somos 405’ y los dejaban libres, y dejaron sus mochilas con gases para incriminar a mi hijo”, relató.

Le gritaban que era un delincuente, terrorista, pero no tenían ni una sola prueba para sostener esa denuncia. Ante esta situación, Celia mostró la documentación recabada en la misma Policía, la cual demuestra que el joven no tiene ningún antecedente. 

“Todo fue muy triste y dejó traumas para mi hijo, no hubo médicos ni psicólogos que lo ayuden. Cuando lo recuerda llora y yo lloro con él”, finalizó.

Fue a buscar a sus hijos el 19 de noviembre de 2019 en la zona de Senkata, ciudad de El Alto, y resultó herido por un proyectil que le perforó el hombro. Ahora, ya no puede trabajar como antes debido a que perdió parte de la movilidad de su brazo. Esa es la historia de Elías Condori, un artesano que pide justicia para los caídos durante el golpe de Estado.

Condori, un vecino del Distrito 8 de Senkata, fue entrevistado este miércoles en el programa Somos Democracia, difundido por Bolivia Tv, a través de una alianza de los medios estatales: radio Patria Nueva, periódico Bolivia, Agencia Boliviana de Información (ABI) y las Radios de los Pueblos Originarios (RPO); así como radio Kawsachum Coca, TV Off y Tele Estrella de El Alto.

Él relató que tiene cuatro hijos, dos de ellos fueron en bicicleta a dejar verduras a unos familiares aquel 19 de noviembre. Durante su ausencia, las noticias dieron cuenta de que la Policía y los militares reprimían en Senkata a los manifestantes. Ante el temor de que sus hijos resulten heridos, Condori salió a buscarlos para llevarlos a casa.

Sin embargo, al llegar a la avenida principal vio no solo a manifestantes, sino a tanquetas. Desde una de ellas, los uniformados dispararon balines de goma que llegaron a su hombro y produjeron su caída inmediata.

Fue auxiliado por vecinos, quienes lo llevaron al centro de salud Atipiri, donde le negaron inicialmente la atención médica, pero ante la insistencia y forcejeos, los galenos y enfermeras no tuvieron más opción que atenderlo a regañadientes.

Ahora, el artesano indica que, pese a las curaciones, ya perdió sus capacidades para mover bien su brazo, lo que repercute en su desempeño laboral y la atención económica a su familia. Por eso, insiste en su pedido de justicia para los heridos y muertos en la resistencia al golpe de Estado de 2019.