La Paz, 08 de noviembre de 2025 (ABI).- Rodrigo Paz ganó el inédito e histórico balotaje del 19 de octubre con el 54,86% de la preferencia electoral y empezó de inmediato a trabajar en gestiones de jefe de Estado, con la mirada en superar la falta de provisión de combustibles y de dólares, dos acuciantes señales de crisis.
De la mano del Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el acompañamiento de Edmand Lara, su vicepresidente, ganó las elecciones de primera vuelta del 17 de agosto con el 32,06% de los votos, lo que no consolidó su triunfo y tuvo que ir al balotaje con Jorge Quiroga, que había logrado el 26,70% del apoyo ciudadano.
Ni bien conoció de su triunfo en el balotaje, anunció en el acto de celebración de su próxima presidencia el inicio de gestiones bajo la premisa de que no había tiempo que perder. “Se acabó la campaña política, hay que trabajar por Bolivia, la patria está primero”, decía esa noche ante sus simpatizantes.
Paz no es un novato en política, viene de una familia tradicional de políticos y es hijo de un expresidente, Jaime Paz. Fue alcalde, senador y ahora se apresta a jurar al más alto cargo, Presidente de Bolivia, en un momento complejo en términos económicos, pero con la tradición y experiencia para capear tormentas.
No esperó jurar al cargo para asumir la responsabilidad de un Jefe de Estado. Rodeado de destacadas figuras, sobre todo del ámbito económico, como José Gabriel Espinoza y José Luis Lupo, puso en marcha su plan de gobierno propuesto a los bolivianos y que tiene como prioridad los combustibles y el dólar, en el inmediato plazo.
Reducción del gasto fiscal, la redistribución del presupuesto nacional en favor de las regiones y reformas tributarias bajo el concepto de “capitalismo para todos” están entre los pilares del plan de los próximos cinco años. Sin embargo, lo urgente en sus iniciales gestiones fue buscar solución a dos problemas que golpean al pueblo.
En lo que significó un cambio en política exterior, Paz viajó a Estados Unidos y consiguió el respaldo de la administración de Donald Trump y respuestas positivas de organismos internacionales con sede en Washington, para enfrentar la crisis que atraviesa Bolivia y que tiene su peor manifestación en desabastecimiento de carburantes, falta de dólares y una alta inflación.
“Quiero dar la buena noticia una vez más: gasolina, diésel, ya hay”, decía desde Washington el 30 de octubre y añadía de las gestiones por divisas: “Hemos tratado con el gobierno americano que tiene esa relación con estas instituciones multilaterales para que el dólar que tanta necesidad se tiene pueda llegar a Bolivia”.
En Washington se reunió con el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, y el vicecanciller, Christopher Landau. “Estados Unidos está dispuesto a colaborar con Bolivia en prioridades compartidas, como el fin de la inmigración ilegal, la mejora del acceso a los mercados para la inversión bilateral y la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales para fortalecer la seguridad regional”, decía Rubio, a nombre de Trump, tras el triunfo de Paz.
También tuvo reuniones con representantes del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Interamericano de Desarrollo. Con la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe firmó un Programa de Apoyo para la Recuperación de Bolivia 2025 - 2030 de $us 3.100 millones para la construcción de infraestructuras, desarrollo social y recuperación económica.
Si bien las gestiones externas fueron intensas, similar ritmo imprimió en Bolivia. El 25 de octubre se reunión con la Confederación de Asociaciones Agropecuarias (CAO), la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (Cainco) y la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), para coordinar acciones de reactivación económica.
Los microempresarios de El Alto no estuvieron al margen de su agenda, teniendo en cuenta su potencial productivo. Paz se reunió el 4 de noviembre con los microempresarios y acordó un plan conjunto de impulso productivo destinado a promover la formalización, reinversión y apertura de mercados internacionales.
El mandato que recibió lo empezó a cumplir tras conocer los resultados del balotaje, que este 8 de noviembre lo llevará a la Presidencia de Bolivia con una nueva forma de gobernar.
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