Ministra Prada: Delitos de violencia contra la mujer no son sujetos de conciliación
Ministra Prada: Delitos de violencia contra la mujer no son sujetos de conciliación

La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, explicó que no existe un anteproyecto para modificar la Ley 348 y que, tras la sistematización de las propuestas de reforma, se procederá a "un amplio debate" con la sociedad civil, pero bajo el principio de que la violencia contra la mujer no debe ser motivo de conciliación.

La autoridad, entrevistada en el programa Primer Plano, de Bolivia Tv, dijo este martes que las más de 1.000 propuestas para modificar la Ley 348 se encuentran en la fase de sistematización, “y luego de la sistematización se iniciará un amplio debate con la sociedad, en los departamentos, con grupos de mujeres”.

La autoridad recordó que la vigente Ley Integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, ya establece de manera categórica que no puede haber negociación en relación a los delitos, es decir, no puede haber conciliación.

En ese sentido, Prada dijo que “aunque no exista aún un anteproyecto de ley en debate, los delitos de violencia contra la mujer no son sujetos de conciliación. Ese es un punto primordial que se abordará también en los debates” previstos.

La Ministra lamentó que pese a las normas en vigencia sigan en aumento los casos de violencia contra la mujer debido a una multiplicidad de factores como el machismo, el sistema patriarcal, los roles sociales, los estereotipos, los prejuicios, entre otros.

La autoridad destacó la voluntad del gobierno y del presidente Luis Arce para contribuir a la disminución de la violencia contra la mujer. Esa voluntad se traduce, entre otros aspectos, en el impulso estatal para mejorar la Ley 348 en base a los criterios de todos los sectores de la población.


 
La responsabilidad del Estado y los Medios de Comunicación en la reproducción de la violencia contra la mujer
La responsabilidad del Estado y los Medios de Comunicación en la reproducción de la violencia contra la mujer

Las declaraciones del Ministro de Justicia Iván Lima en la entrevista para un medio sobre la posibilidad de conciliar en caso de violencia, causaron repercusiones inmediatas en los colectivos feministas, en diferentes frentes políticos, etc. Algunos con afanes políticos de desgastar al partido de gobierno, pero otros muy legítimos por el retroceso que implicaría la “conciliación” con un agresor. Si bien el Ministro de Justicia, retrocedió en esta idea aclarando que la aplicación de ley 348 es un proceso de construcción contínua, lo que nos dejó ver es la falta de perspectiva de género en el Estado y en la justicia. 

Esta posición fue una muestra de cómo los operadores de justicia, abogados, jueces, fiscales, policías, etc. carecen de un entendimiento de la problemática estructural de la violencia contra la mujer. En un país en el que el año 2020 al menos 113 mujeres murieron víctimas de la violencia machista, y que esta cifra se repite en mayor o menor medida cada año; en el que las noticias están plagadas de casos de violencia, en el que todos conocemos a alguien que ha sido víctima de algún tipo de violencia de género, o que nosotras mismas hemos sufrido algún tipo de violencia en diferentes espacios muchas veces sin siquiera ser conscientes de ello. Es imperante de una vez por todas que los operadores de justicia, los medios de comunicación y toda la población tengamos consciencia de que la violencia de género está acabando con vidas y se reproduce a diario en nuestros comportamientos, en los programas de televisión, en la familia y en cada uno de los espacios de nuestra cotidianidad.

La sociedad va generando ciertos sentidos comunes respecto a diferentes temas, este sentido común es la idea fuerza de que una cosa es de una manera y no de otra, y esta formación de sentido común aceptado como lo “normal” se forma a diario basado en lo que consumimos como información, entretenimiento, y todo lo que forma nuestra construcción de la realidad, de esta manera vamos asumiendo y naturalizando en nuestro comportamiento diario ciertas cosas. La violencia contra la mujer es una de estas cosas que se ha ido naturalizando, las novelas, programas de tv, los criterios políticos, los centros de educación y formación, las redes sociales, nos muestran y replican de manera a veces sutil y a veces muy explícita la idea de la mujer como un objeto sexual, con ciertos roles “de mujer” como labores de hogar y de cuidado. De la misma manera perpetúan los roles de “superioridad” del hombre, naturalizan el acoso en programas de tv donde a título de “piropo” acosan a sus compañeras haciendo referencia a su cuerpo, vestimenta, etc. Estos comportamientos los vemos como “normales” y se van repitiendo.

En este sentido es importante apuntar a la responsabilidad del Estado y los Medios de Comunicación en la reproducción de la violencia contra la mujer. Primero el Estado es quién está a cargo de la gestión de políticas públicas. leyes, etc. Y si este carece de perspectiva de género, que es lo que muchas veces ha sucedido, se ignora una realidad latente de más de la mitad de la población. De este modo por más “buenas” que sean las intenciones de generar políticas públicas en pro de la mujer, no se generarán cambios reales si las personas que están a cargo de aplicar estas políticas no comprenden absolutamente en nada la problemática; por esto se ven mujeres que al hacer una denuncia de violencia son nuevamente violentadas por la persona que recibe su denuncia aminorando o burlándose de su vivencia, peor aún cuando deciden hacer denuncias públicas reciben respuestas casi siempre culpando a la víctima de haber sido agredida por su vestimenta, por no cumplir con los roles de “buena mujer”, por no haber denunciado a tiempo, etc. Con este tipo de actos sólo perpetúan y nuevamente liberan de responsabilidad a quien ejerce la violencia - el hombre. Finalmente, me pregunto ¿cuántos funcionarios públicos hacen chistes machistas, acosan a mujeres en diferentes espacios, incomodan a sus compañeras de trabajo, ejercen diferentes formas de violencia en su cotidianidad? y son estos mismos funcionarios quienes están a cargo en sus labores puntuales de tratar temas de violencia contra la mujer. 

En el caso de los Medios de comunicación es verdaderamente preocupante como actúan como reproductores explícitos y legitimadores de la violencia hacia la mujer. Sólo basta ver como para los medios el cuerpo de la mujer es un objeto de consumo y entretenimiento, saber que hay “códigos de vestimenta” para las mujeres en la mayoría de los canales bolivianos en los que se prohíbe a las conductoras usar pantalón, y se les impone el uso de vestidos, faldas y shorts. Los medios de comunicación son la muestra más clara de una sociedad hipócrita que dice indignarse por el feminicidio de una mujer en el “noticiero” pero en la novela, en el programa de entretenimiento de la tarde, y en todos sus contenidos se muestra violencia explícita contra la mujer, denigrándola de persona a objeto de entretenimiento, en la novela el objeto que pertenece y sirve al “galán” o la víctima mujer “buena” que se somete a todo; en el programa de entretenimiento el objeto del entretenimiento casi siempre termina siendo el cuerpo de la mujer, como se viste o como se peinó. Además de por supuesto reproducir chistes machistas y mal denominados “piropos”. Ni los programas de “teleducación” se salvaron de esto, la prueba clara de la posición hipócrita e irresponsable de los medios. Que deberían avanzar en perspectiva de género y ayudar verdaderamente a deconstruir el machismo y generar un nuevo sentido común en la población.

Esta posición por supuesto no nos exime a nosotros como ciudadanos de ser más conscientes de lo que consumimos como programas de tv, y en general. Para rechazar contenidos machistas.

En este sentido entender la violencia en términos estructurales, y no cómo un hecho aislado es importante para avanzar en una sociedad más justa para las mujeres. La violencia no es solamente el hecho de agredir física o sexualmente a alguien, por este motivo en la ley 348 se identifican 17 tipos de violencia. Cómo lo indiqué anteriormente, la violencia se ejerce desde la reproducción de lógicas machistas cotidianas y estructurales. El hecho que la mayoría de las mujeres nos hayamos sentido “incómodas” en la calle por algún tipo de acoso disfrazado de “piropo”, el hecho de que las mujeres ganamos menos dinero por la misma labor que un hombre realizaría, el hecho que estemos a cargo de los cuidados y tareas del hogar, el hecho de que todo el mundo crea que puede opinar y decidir sobre la sexualidad de la mujer, etc. Es una muestra de que en un sistema patriarcal todas las mujeres sufrimos de violencia que a diario afecta nuestras vidas, y los hechos que se llegan a denunciar por golpes o feminicidios son los casos extremos de ejercicio de violencia, que normalmente han pasado por muchas etapas previas.

Con todo lo anterior se hace evidente la falta de perspectiva de género en el Estado y en los medios de comunicación. Ambos como fuentes de construcción del sentido común deben asumir su rol en la reproducción diaria de las lógicas machistas, de otra manera nos veremos ante la imposibilidad de generar cambios reales y salir de la situación actual que violenta a las mujeres. Porque estaremos una vez más ante el discurso de la “indignación” pero viendo cómo se perpetúa y reproduce a diario la violencia machista de diferentes maneras.


De debates y partidos políticos que no lo son
De debates y partidos políticos que no lo son

Ver debates políticos en la actualidad es insulso y no debería serlo. Aquí debería terminar el artículo si no fuera porque este asunto tiene más importancia y ramificaciones de la que quieren darle, siendo solamente un botón de muestra de la falta de formación política en Bolivia.

Por definición, un debate requiere mínimamente intercambio de argumentos que expliquen las posiciones. Mínimamente, claro, porque no se trata solo de eso. El debate, según Patrick Charaudeau, además debe contar con un cuerpo a cuerpo dialectico en el cual se espera como mínimo respuestas a las interpelaciones políticas- ya que estas determinan el buen uso del margen discursivo. Es decir, implica que tomen provecho de esos espacios para no preocuparse solo del adversario sino de amplificar su mensaje.  El objetivo real no es convencer a tu contrincante, sino a tu audiencia. Pero la infantilización a la ciudadanía es tan grande, que candidatos y candidatas no consideran la importancia de este recurso. Por eso tenemos debates previos a las elecciones en los cuales no se (siquiera) discute asuntos relevantes para la ciudadanía y no se intercambian posiciones de sus propuestas. Está claro que nosotras como ciudadanas y ciudadanos, merecemos más que la clase política que nos ha tocado.

Ahora, la calidad de los debates nos muestra un poco de lo que sucede detrás del telón y representa a las estructuras de los partidos políticos que parecen basarse en realidad en amiguismos y favores intergeneracionales de familias de intereses. Como afirma Levitsky, la debilidad organizacional de los partidos políticos tiende a reflejarse en el sistema político, por lo cual la calidad de los partidos políticos y su organización interna, debe importarnos tanto como el funcionamiento del Estado- por que emanan el uno del otro. De ahí también el vergonzoso rol de la oposición en Bolivia que no cumple el rol mínimo de balance de poderes y control político dentro del Estado. En su lugar, tenemos a diputados cuyo mayor mérito ha sido ‘crucificarse’ en un acto desesperado de llamar la atención de quien luego le llamaría para ser candidato. Tenemos una oposición que trabaja de manera descoordinada, lo que deriva en que no tengan un peso político real y cada cinco años, usen el mismo discurso una y otra vez. Para muchas personas, este es el motivo de su desagrado de la política, pero en realidad lo que les desagrada es como estas dinámicas se filtran en el funcionamiento del Estado.

Por eso si buscamos tener mejores políticas públicas, debemos antes mejorar la clase política; y para eso debemos contar con formación política. Esto requiere en primera instancia, que la formación política se conforme como base intrínseca de nuestra sociedad a través de la educación. Muchos países, entre ellos Alemania, han optado por esto y múltiples estudios se han realizado sobre los impactos de esta, en la ciudadanía y su entendimiento de la política. Una formación política real basada en competencias permitirá formar una ciudadanía democrática crítica que se apropie de la exigibilidad de las responsabilidades de la clase gobernantes y que potencialmente pueda formar parte de la clase política.

Entonces para lograr mejorar la clase política, la estructura organizacional de los partidos políticos y, por ende, el funcionamiento del Estado, debemos romper con la idea de que todo lo relacionado a la política es sucio. Debemos entender que la política esta presente en cada una de las áreas de la vida. Desde lo que comemos (o no), hasta la ropa que usamos. Y salvo no estén interesadas en tomar decisiones sobre sus propias vidas, la política es asunto e interés de todas y todos. Y debe ser tratada como tal: como un asunto que debe ser enseñado en las escuelas de manera crítica, en los medios de comunicación con expertos y expertas que verdaderamente estén preparadas para analizarla, y en reglamentos que hagan efectiva una verdadera organización partidaria en Bolivia.


La tierra fresca de Giovanna Rivero
La tierra fresca de Giovanna Rivero

Más de un quebradero de cabeza ha producido el modo en que se vincula lo global y lo local entre los bolivianos. Los anunciantes del mundo abierto, más entusiastas que precisos, dan por evidente que las formas de experimentar la sociedad de la información son similares en Hong Kong como en Montero. La cuestión es, sin embargo, más elusiva. En cuanto se trata de retratar en la narrativa esta forma de habitar el espacio, tanto en el cine como en las letras, se puede rastrear dos formas arquetípicas de respuesta. Por un lado hay un vuelco inclusive telúrico a una singularidad que a veces es ancestral o folklórica y que se solaza en representar el presente como reminiscencia, como testimonio de algo que fue y que sigue siendo a pesar de sus adaptaciones pragmáticas (y a veces cómicas) al presente. El riesgo de esta apuesta es siempre muy grande, advertia Johannes Fabian, cuando se quiere ver el pasado en sujetos que son contemporáneos y cuya conformación como tales se debe a estructuras sociales muy vigentes.

En el reverso de la moneda encontramos las apuestas desembarazadas de lo local, que apuestan por una forma metropolitana de presentar y representar: se sostiene en la premisa de que la historia que se cuenta podría pasar del mismo modo en un lugar u otro sin que se altere sustantivamente. Javier Rodriguez y Pablo Barriga ya habían señalado que ese era uno de los problemas que ciertos realizadores (Boulocq, Bellot, Bastani) habían enfrentado al tratar de manejar códigos y temas globales solo para encontrarse con un auditorio que esperaba de ellos algo más autóctono como valor agregado. 

El libro de cuentos de Giovanna Rivero (Montero, 1972) “Tierra fresca de su tumba” logra evadirse de las respuestas arquetípicas mencionadas. Los seis cuentos que conforman el libro logran hilar unos desplazamientos espaciales y unas acumulaciones de experiencia que le dan a la narración un espesor inusual. Sean los dos hermanos huérfanos bolivianos que viven con una tía alcohólica en Canadá o el pescador salvadoreño que migra a las costas mexicanas, en el conjunto de la narración se puede apreciar la mochila de alegrías y padeceres acumulados en el ir y venir, pero además la asimetría de la situación entre los puntos de origen y los de destino. Se trata pues de experiencias atravesadas por el desalojo y la reubicación y las fricciones sociales que ello supone, moverse en el mapa teniendo que llevarse a uno mismo a cuestas.

Posiblemente sea ese desplazamiento el que brinda la clave para desentrañar el mecanismo del conjunto de los cuentos de Rivero, en cuanto el movimiento supone la relación entre dos momentos. Rivero comentó en un artículo académico sobre Tirinea de Jesús Urzagasti que “el pasado guarda las sorpresas más fascinantes” y sobresalta que aquello que valoró en el escritor chaqueño lo vuelca sobre su propia escritura. Es el pasado el que habita y conduce las rutinas de la señora Keiko del cuento “Cuando llueve parece humano”, y los recuerdos de Japón, de la colonia Okinawa y de su difunto esposo vuelven cuando ella se vuelca a los pliegues de origami o al cuidado de sus plantas. Semejante es la situación de la protagonista del cuento “Socorro”, en quien se hila un andar entre Santa Cruz y los Estados Unidos, idas y vueltas, rupturas familiares y amorosas que quedaron como pendientes y vuelven inquietas.

Rivero logra que el espesor de sus historias se sobrepongan al intimismo fastidioso al que no le faltan sus cultores en las letras bolivianas. Los cuentos de “Tierra fresca de su tumba” tienen lugar en escenarios cotidianos e inclusive íntimos, pero no se rinden nunca a una descripción superficial o una acción demorada o anodina -esto último mucho más propio de su novela “96 segundos sin sombra”-. La autora montereña plantea historias que inclusive remontan algunos problemas de sus personajes más modestos y humildes, quienes comparten un léxico y lenguaje poético con las más ilustradas y doctas de sus heroínas; rasgo que rompe la verosimilitud de la narración cuando alguien descrito como semiletrado se manda adjetivaciones bellas pero inauditas. Pero aquello realmente queda eclipsado no por sorprendentes giros narrativos sino por un profundo -como una tumba- y fresco -como la tierra- cuidado de la sucesión de la acción.

Cada uno de los últimos cuatro o cinco años se ha visto recibido con un libro de cuentos de una escritura cruceña. A vuela pluma recuento Nuestro mundo muerto de Liliana Colanzi, La composición de la sal de Magela Baudoin o Los árboles de Claudia Peña, mismos que se anotan sus fortalezas como sus flaquezas. El 2020, año aciago por la pandemia del covid-19, se cerró con la publicación de “Tierra fresca de su tumba” que es una composición sólida que mantiene un listón alto para los libros de relatos que vendran en 2021. 

Giovanna Rivero “Tierra fresca de su tumba”. Editorial El Cuervo, 2020

Este escrito se desprende de un estudio más amplio sobre editoriales bolivianas que cuenta con el apoyo del FOCUART del GAMLP en su versión 2020.


Bolivia será primer país con capacitación de la OACI sobre seguridad operacional aérea en tiempos del COVID-19
Bolivia será primer país con capacitación de la OACI sobre seguridad operacional aérea en tiempos del COVID-19

El director Ejecutivo de la Dirección General de Aeronáutica Civil, Celier Arispe Rosas, informó este viernes que Bolivia será el primer Estado de la Región Sudamericana en implementar el denominado “Paquete de implementación (iPack)” de la Organización de la Aviación Civil Internacional - OACI, que está enfocado de forma integral en la temática de seguridad operacional en tiempos del COVID-19 para el reinicio de las operaciones aéreas.

Agradezco la oportunidad que nos brinda la OACI para formar parte de este beneficio como el primer Estado de la Región SAM (Sudamericana), Estoy seguro lograremos el objetivo propuesto y así mejorar la toma de decisiones para enfrentar los retos del COVID-19, apoyando la seguridad de las operaciones aéreas”, afirmó, en una reunión virtual con el director regional de la Oficina Sudamericana de la OACI, Fabio Rabbani, y especialistas de esa organización internacional.

Según un boletín institucional, la DGAC pondrá a 24 especialistas a disposición de las direcciones de seguridad operacional y navegación aérea para este proyecto internacional.

La implementación del paquete denominado “Gestión de riesgos de la seguridad operacional en la aviación” (ASRM, por sus siglas en inglés) comenzará el 12 de febrero, culminará a fines de abril y estará a cargo de la experta en Gestión de Seguridad Operacional de la OACI, la sudafricana Bongi Mtlokwa.

El proceso considerará la coordinación y la comunicación a distancia entre las partes interesadas para garantizar la seguridad operacional aérea en tiempos del COVID-19, además de los datos e información de vigilancia y la optimización de la capacidad para evaluar prioridades durante la pandemia, entre otros temas.


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