ANH continúa con operativos de control para garantizar abastecimiento de GLP en Cochabamba
ANH continúa con operativos de control para garantizar abastecimiento de GLP en Cochabamba

El director ejecutivo de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Germán Jiménez, informó este sábado que continúa con los operativos de control a la distribución de Gas Licuado de Petróleo (GLP) en la ciudad de Cochabamba y aseguró que el abastecimiento a la población está garantizado.

“He podido observar, en el marco de esta actividad de supervisión y control sobre el abastecimiento de GLP que es un mandato constitucional de la ANH, que el abastecimiento dentro del departamento de Cochabamba está totalmente garantizado y está cubierto en todas sus zonas y provincias correspondientes”, manifestó, citado en un boletín institucional.

La autoridad gubernamental recordó que comenzó los operativos ayer, viernes, en la ciudad de Cochabamba luego de conocer denuncias sobre una supuesta especulación y el desabastecimiento del energético.

“No existe ningún tipo de desabastecimiento, personalmente he realizado la zonificación y los planes de trabajo de parte de la ANH y estamos recorriendo todas las zonas de Cochabamba para evidenciar si es o no cierto la especulación y he visto que no existe este tipo de rumores”, acotó.

El titular de la ANH mencionó que el personal de esa entidad realiza su trabajo diario y rutinario en coordinación con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, para que no falte “ni una sola garrafa en los hogares bolivianos”.


 
La fábula de Jacinda y el falso mesías
La fábula de Jacinda y el falso mesías

La pandemia ha desnudado la fragilidad de muchos líderes. Otros han surgido como grandes estadistas. Ninguno ha superado, sin embargo, a Jacinda Ardern la Primera Ministra de Nueva Zelanda que logró lo imposible, retornar a la vida normal con una estrategia política enteramente humanista.

Nueva Zelanda vive en un universo paralelo creado por su primera ministra, Jacinda Ardern. Los barbijos no son necesarios desde septiembre de 2020, sus habitantes disfrutan de pequeños conciertos de música en ambientes cerrados, de restaurantes, cines y aunque parezca contradictorio la gente muere menos. No se han registrado contagios desde noviembre y sólo 25 de sus casi 5 millones de habitantes han perecido por el virus que azota al mundo.

Brasil también ha creado un universo paralelo, un infierno, en el que reina el falso mesías, Jair Messias Bolsonaro. 213 mil brasileños aproximadamente perdieron la vida debido al Covid 19 y, según la reciente denuncia de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo: “A una estrategia institucional de propagación del virus promovida por su propio gobierno”.

Ante el dilema de la primera ola de Covid19 y cuando el planeta solo quería lograr aplanar una curva exponencial de contagios, Jacinda decidió que no era suficiente como propuesta de su gobierno porque significaría la muerte de miles de personas. Desde el inicio de su plan de gobierno, la primera ministra neozelandesa se propuso eliminar el virus de su territorio.

Según el British Medical Journal la estrategia de “eliminación” se usa en casos de enfermedades serias que provocan la muerte o tienen un riesgo de muerte elevado es decir, polio, viruela, sarampión o Ebola. Las medidas adoptadas son radicales y por lo mismo, costosas. La cuarentena estricta puede rebotar en desempleo, recesión económica y baja popularidad. Por eso, muchos gobiernos, conscientes de los efectos negativos prefirieron emplear el modelo de la supresión que significa acciones moderadas para frenar los contagios.

Para Jair Bolsonaro, la eliminación del virus no fue nunca una opción estratégica, tampoco la supresión, por el contrario y a pesar del fracaso del Reino Unido en el intento, el mandatario brasileño buscó la inmunidad de la manada en la más cruda reproducción del concepto. Mientras Jacinda dirigía una conferencia de prensa de más de 50 minutos explicando minuciosamente a su país que arriesgaría todo para salvar la mayor cantidad de vidas; Bolsonaro, exponía molesto la misma semana que (la pandemia) no era el fin del mundo y que lo que estaba mal era la histeria de la gente”. “Una nación como Brasil estará libre cuando determinado número de personas se contagie y cree anticuerpos” exaltaba.

Y así, Ardern cerró sus fronteras al virus letal, mientras Bolsonaro le abrió las puertas de par en par. Bajo el lema de reanudar la actividad económica a cualquier costo, Jair no solo despreció a la ciencia, sino que lo hizo en base a mentiras, factoides y al absoluto desprecio por la vida. Para octubre de 2020 ofrecía cloriquina e ignoraba la propuesta Pfizer, que garantizaba la entrega del primer lote de vacunas a Brasil para diciembre de 2020. Nueva Zelanda, por supuesto figuraba en la lista de los primeros países del globo que habían cerrado el contrato para su compra.

El liderazgo de Ardern frente a la mayor crisis de salud de las últimas décadas fue firme y rompió con los mitos conservadores frente a las grandes crisis. La impredictibilidad política que suponía la privación estricta de libertad ciudadana pudo tener repercusiones catastróficas en las elecciones celebradas en su país en octubre de 2020, pero su partido, con ella a la cabeza, ganó por mayoría absoluta. La economía neozelandesa que se contrajo visiblemente el año pasado se recuperará este año. Y todo indicador que cuestionaba la habilidad de la estadista de 40 años frente a lo imposible, le dio la razón. Empatía, credibilidad, lucidez en la toma de decisiones, visión y proyección científica, pero por sobre todo el respeto a la vida le dieron forma a un fenómeno político, el Fenómeno neozelandés.  

En el otro lado del tablero, Bolsonaro y su séquito de yes men, condujeron a su gobierno a un posible juicio por crímenes de lesa humanidad acusados no sólo de instalar una narrativa falsa sino de encabezar una estrategia institucional de propagación del virus. “Nadie me va a quitar mi derecho a ir y venir” tuiteó el ocho de 8 de abrilel líder del partido a pesar de que la escalada de contagios y muertes por el virus era agobiante. 1. 051 muertes por cada millón de brasileños son el resultado de la irracionalidad de un líder que se creía intocable hasta finales de 2020.Este año, sin embargo,la tasa de desaprobación de su gobierno aumentó ocho puntos porcentuales y llegóal 40 por ciento, en medio del agravamiento de la crisis económica y sanitaria en su país.

Resulta siniestro que como argumenta, el Centro de Investigaciones y Estudios de Derecho Sanitario de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo la mayoría de las muertes (en Brasil) pudieron evitarse mediante una estrategia de contención de la enfermedad, lo que constituye una violación sin precedentes del derecho a la vida y del derecho a la salud de los brasileños”. 

Maldad, malicia, premeditación, desprecio a la vida son los adjetivos que orbitan en los medios al describir la participación de Bolsonaro contra la pandemia. Jacinda Ardern como expresó al periodista Geoff Blackwell objeta la cadena del odio en su administración ése ha sido un punto de inflexión en cómo se puede entender la política en una crisis sin precedentes.

Bondad, fortaleza y empatía ha repetido Ardern.No temer a la bondad, a la benevolencia, dejar que la empatía sea el hilo conductor de tu trabajo, empatizar con la circunstancia del otro.Ésa probablemente es la cualidad que más necesitamos” afirmó una de las principales líderes de estos tiempos.


Para que la educación no se detenga
Para que la educación no se detenga

No podemos repetir la incertidumbre que padres, madres, niños y niñas vivieron durante la gestión 2020 cuando vieron que la abrupta clausura del año escolar dejó al país sin acceso a uno de los derechos fundamentales del ser humano, la educación.

Hemos empezado el 2021 con la segunda ola del Covid-19 golpeando nuevamente con fuerza a nuestro país, con nuevas y más agresivas cepas que fueron traídas para las fiestas de fin de año de todos los continentes como lindos regalos que están siendo estrenados por nuestros cuerpos y esto configura un nuevo riesgo, no solo para la salud, sino también para la educación y la alimentación de nuestros niños y niñas.

Por eso, es importante que desde las comunidades barriales trabajemos para que niñas/os y adolescentes ejerzan su derecho a la educación, generando alternativas en torno a la educación a distancia, pero con un seguimiento cercano que involucre a familias, dirigencias, vecinas y vecinos, personal docente, administrativo, alcaldías, gobernaciones, gobierno nacional, ONGs, iglesias. En una palabra, que involucre a todas y todos.

Ya tenemos un camino avanzado durante el aciago 2020, lo que quiere decir que no empezaremos de cero. Por ejemplo, se elaboraron y editaron textos, como ocurrió en el municipio El Puente de Tarija; el personal docente de todo el país ya maneja las plataformas virtuales participativas, salvo excepciones; existen medios de comunicación comunitarios y estatales que están dispuestos a difundir contenidos educativos sistemáticos; se suscribieron convenios con empresas de telecomunicaciones para el acceso al internet; la mayoría de los barrios cuentan con salones barriales, centros productivos, iglesias evangélicas, infraestructuras que hoy por hoy están subutilizadas; y, lo más importante, las madres y los padres aprendieron a involucrarse en la educación de sus hijos y están dispuestos a hacerlo nuevamente.

Por tanto, no hay motivo para pensar si quiera que nuevamente el año escolar tenga que ser clausurando, como ocurrió, de manera irresponsable, el año pasado.

Sin embargo, tampoco se trata de mantener el año escolar abierto, pero sin hacer el seguimiento adecuado a las niñas y niños, sobre todo a aquellos que pertenecen a grupos vulnerables. Es por eso que me atrevo a plantear una propuesta con un eje educativo y otro alimentario para sacar adelante a nuestros niños.

Eje educativo

Lo primero que debemos hacer es abrir los espacios públicos comunales que existen en los barrios, como salones de reuniones, iglesias y otros, para convertirlos en centros comunitarios de apoyo escolar, donde niños y niñas reciban clases a través de las plataformas virtuales, la radio, la tele-educación o simplemente para que realicen sus tareas en horarios determinados, en el entendido de que muchos no tienen acceso a internet ni a equipos en sus casas o no cuentan con el respaldo de sus padres porque éstos tienen que salir a trabajar. Se podría establecer horarios para la difusión de los contenidos de acuerdo al grado escolar que corresponda.

Para determinar qué niños podrán asistir a estos centros, la dirigencia barrial tendría que realizar un censo y organizar la logística: horarios, cantidad de niños, bioseguridad. Para que la propuesta funcione, los ambientes comunales deberían contar con mobiliario, computadoras, televisores, pizarras, material escolar básico, wifi, alcohol, gel, entre otros requerimientos.

En estos espacios debería existir un docente con ítem para que haga el seguimiento a los estudiantes. También se podría contar con voluntarios que apoyen esta actividad, a cambio de certificaciones que mejoren el currículum de cada uno.

Este modelo ya funciona de manera exitosa en los Centros de Apoyo Integral Pedagógicos (CAIPs), que existen en los hospitales y las cárceles de nuestro país y en el PRODAT de Fe y Alegría, que son espacios educativos para que niñas y niños superen las dificultades del aprendizaje en las ciudades en este tiempo de Pandemia.

Eje alimentario

Es de conocimiento de la ciudadanía y autoridades en general que la Pandemia trajo consigo la pérdida de fuentes laborales, sobre todo de quienes trabajaban en el sector informal, lo que hace que muchas familias estén sobreviviendo con los mínimos ingresos económicos que generan en sus nuevas, diversas y precarias actividades económicas.

Por otro lado, hay que recordar que el año pasado, al no haber clases, se suprimió el desayuno escolar que era una fuente importante de nutrientes para los niños y que movía las economías locales.

Por eso y para evitar la desnutrición en los niños y niñas es importante que se trabaje en la apertura de comedores populares para que los estudiantes tengan un alimento diario y seguro. Los comedores populares deben tener un carácter gratuito con un pequeño aporte por niña o niño inscrito al comedor, para cancelar un estipendio a la persona o personas que se encarguen de cocinar.

Los recursos para los víveres pueden ser otorgados por el Ministerio de la Presidencia, previamente adquiridos de los productores locales, lo que no solamente evitaría la desnutrición de la niñez, sino generaría un movimiento económico entre las familias de la localidad.

Asimismo, los alimentos que ingresan por contrabando y son decomisados por la Aduana pueden ser transferidos a estos comedores populares para la alimentación a niñas y niños de los barrios urbanos populares.

Los comedores populares deberían funcionar muy cerca de los centros comunitarios de apoyo escolar para que las niñas y niños tengan la seguridad de aprender, hacer sus tareas, y alimentarse bien, bajo las normas de bioseguridad.

De esta manera, el Estado implementaría, ante la emergencia nacional, una verdadera cruzada nacional para la educación y la alimentación. No podemos volver a dejar que niños y niñas sigan librados a su suerte sin saber si pasan o no clases, si tienen o no tienen internet o si hay alguien casa que les ayude a usar las plataformas virtuales y a hacer sus tareas. Es hora de generar un plan de seguimiento a la educación a distancia para garantizar el acceso a este derecho a la población menos favorecida.


El virus de la desigualdad y la urgente necesidad de una agenda prioritaria para la niñez boliviana
El virus de la desigualdad y la urgente necesidad de una agenda prioritaria para la niñez boliviana

La crisis derivada por la grave pandemia del COVID19, tanto a nivel global, regional y nacional, nos exige una profunda reflexión sobre los esfuerzos que deben realizar los Estados priorizando grupos poblacionales históricamente excluidos y marginados. Este es el caso de las niñas, niños y adolescentes que han sido afectados en el contexto del ejercicio efectivo de sus derechos humanos.

Los registros públicos, han cerrado el año 2020, con cifras alarmantes de casos de vulneración de derechos, la violencia intrafamiliar se ha exacerbado y las víctimas más vulnerables han sido, las niñas, niños, adolescentes y mujeres. A eso, se ha sumado la crisis institucional provocada por un gobierno transitorio en Bolivia, durante el año pasado y que no logró desarrollar mecanismos efectivos de alerta temprana y respuesta inmediata a víctimas de violencia.   

El llamado a la acción, debe estar acompañado en medidas reforzadas con un enfoque infantocentrico y así situar los derechos de las niñas, niños y adolescentes, en el centro de la agenda pública. Hacer efectivas estas medidas, sin lugar a dudas requiere de un soporte y un asocio con la sociedad, las comunidades y las familias, éste es en verdad, el desafío más profundo, en una sociedad marcada por brechas de desigualdad, manifiestamente arraigadas a patrones adultocéntricos, patriarcales y racistas.

La afectación claramente elocuente, apunta a que la supresión y limitación de los derechos humanos, en contextos de crisis, tiene un impacto más acentuado en poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad, como la infancia, la niñez y la adolescencia.

Dentro este grupo de mayor vulnerabilidad, hay afectaciones aún mayores, por ejemplo: las niñas, niños y adolescentes en situación de institucionalización por pérdida del cuidado familiar o por ser víctimas de violencia, niñas y niños de la primera infancia, niñez migrante, niñez con discapacidad, entre otras situaciones de alto riesgo. Asimismo, se han adicionado riesgos inminentes provocados por el cambio de rutina y esparcimiento de niñas, niños y adolescentes, que ahora pasan más tiempo en internet y redes sociales, lo que los hace más vulnerables a sufrir acosos cibernéticos y otro tipo de violencias y vulneraciones asociados a esta virtualidad.

Priorizar el interés superior de niñas, niños y adolescentes, como un principio holístico y rector de las acciones públicas frente a este virus de desigualdad, es un imperativo necesario y urgente, que debe tomarse con la diligencia necesaria. La narrativa, entorno a que el virus llega a ser benevolente con las generaciones más jóvenes, no debe plantear  -erróneamente- la postergación de sus derechos y la consecuente negativa de concebirlos, como sujetos de derechos y seres humanos en condiciones especiales de desarrollo. Y todo esto pasa, por garantizar su protección integral con prioridad absoluta mientras dure la pandemia y generar acciones concretas en el contexto post pandemia, que permitan aminorar los impactos nocivos en sus vidas.

El virus ha golpeado de una manera desigual, pero lo ha hecho de una manera aún más dura con quienes ya tenían una desventaja social, económica y etarea, ello conlleva a que se debe reforzar las acciones de toda índole, como respuesta a la pandemia, porque el virus exacerba las desigualdades existentes.

Ver a la infancia, a la niñez y a la adolescencia, como estrictamente portadora de futuro y no invertir en su presente, es un mal de muchos, porque posterga sus derechos y esto es algo que claramente debe cambiar, en el lenguaje, que es muy poderoso, pero sobre todo en las acciones presentes que potencien sus vidas y el desarrollo de nuestras sociedades.

Plantear una agenda urgente y necesaria, para la niñez y adolescencia, conlleva la inversión pública del Estado en todos sus niveles, que permita fortalecer los sistemas de protección de la niñez y adolescencia, para la prevención, protección y restitución de derechos de niñas, niños y adolescentes, implica además democratizar el acceso al derecho a la educación, con el pleno ejercicio de oportunidades en el ámbito urbano y rural, implica trazar un camino conjunto entre el Estado, la sociedad y las familias, en la que aunemos esfuerzos. Está claro, que el virus es letal y además es un virus que acrecienta las desigualdades, pero paradójicamente no es el virus el que ocasionará las peores consecuencias para las sociedades, lo hará la falta de acción oportuna.

Requerimos movilizarnos y hacer un gran llamado a la acción, al Estado, a las familias, a la sociedad civil, a los líderes comunitarios, a las iglesias, a las empresas, a los profesionales probono, a los voluntarios, a las agencias de cooperación, a los organismos no gubernamentales, a la academia y a los medios de comunicación.

Requerimos una gran alianza, un compromiso nacional sin precedentes, para hacer frente a los posibles escenarios de desigualdad, acrecentados por la pobreza, la inequidad de género y el sistema adultocentrico y poner en la agenda pública prioritariamente los derechos de las niñas, niños y adolescentes.¡Podemos hacerlo, estamos a tiempo!.


Relanzan la Patrulla de Auxilio y Cooperación Ciudadana (PAC) con 40 oficiales
Relanzan la Patrulla de Auxilio y Cooperación Ciudadana (PAC) con 40 oficiales

El Ministerio de Gobierno realizó este jueves el relanzamiento de la Patrulla de Auxilio y Cooperación (PAC) con al menos 40 motocicletas y 40 oficiales de la Policía que brindarán atención directa a la población en cuanto a emergencias, prevención de delitos y educación ciudadana.

El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, fue quien presidió el acto de relanzamiento del PAC en un acto realizado en la Plaza San Francisco de la ciudad de La Paz.

“Deseamos que estos nuevos 40 funcionarios policiales  que ahora son parte integrante de la Patrulla de Auxilio y Cooperación Ciudadana, cumplan con su deber siempre comprometidos con su pueblo y con todos y cada uno de los sectores más desfavorecidos”, sostuvo el Ministro, según el reporte de BTV.

La PAC fue creada originalmente el 14 de enero de 1994 con el espíritu de coordinar y ejecutar políticas sociales cívicas y asistenciales, fundamentalmente en los campos de la salud y la educación. Esta unidad policial realiza trabajos de acercamiento entre la niñez y juventud hacia la Policía, explicó la autoridad.

La Patrulla de Auxilio tiene, entre sus características, la posibilidad de llegar a lugares alejados de las ciudades gracias al uso de motocicletas.


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