La necesidad de cambiar nuestra mirada a los procesos productivos hidrocarburíferos
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Las sociedades están fundadas en la necesidad de generar energía para sobrevivir ante las diferentes revoluciones industriales, que obligaban a los países a cambiar sus matrices productivas.
Dentro de este caminar, los hidrocarburos jugaron un papel preponderante. Los primeros permisos en el país fueron otorgados en 1865 y en 1912 en Mandiyuti (Santa Cruz) se inicia la perforación del primer pozo de explotación del país y también el primer fracaso, esto advierte que el camino para la extracción de este recurso natural es un trabajo en conjunto con empresas inversoras al mando de una empresa estatal, que defienda y proteja la extracción de estos recursos naturales no renovables y el medio ambiente.
El tema de exploración & explotación (E&E) es recurrente por la necesidad del país de tener energía soberana como es el caso del gas; con el Plan de Reactivación del Upstream 2021, es la mejor manera de llevar adelante y mantener nuestra economía, con el cumplimiento de acuerdos de venta con países vecinos y el mercado interno.
Sin embargo, todo esto tiene que venir acompañado de las respectivas reformas legislativas y fiscales, para garantizar las inversiones con la atracción de nuevas empresas extranjeras para poder superar la declinación en la producción de sus campos gasíferos.
El hecho de que se considere esa opción de modificaciones a la ley es un avance, para empezar a tener mejores condiciones y enfocarnos en soluciones a problemas que tienen las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos.
Lo que el Estado boliviano debe buscar es una nueva política hidrocarburífera, principalmente la necesidad de una nueva Ley de Hidrocarburos y un régimen fiscal que no distingue entre un campo petrolífero y un campo gasífero; un campo nuevo de un campo maduro o un campo en declinación. Esto tiene que generar nuevas condiciones para la inversión y que fluya con mayor seguridad, claro, sin que toque o vulnere la soberanía de la estatal boliviana como administradora de los recursos hidrocarburíferos.
Una nueva ley hidrocarburífera involucra a todos los sectores que se benefician de las regalías petroleras, tiene que ser un diálogo nacional para poder generar sinergia y reactivar nuestra industria hidrocarburífera, ésta a la vez debería tener una incidencia en cambios al sistema fiscal, de este modo permitir acompañar al Estado con empresas que quieran invertir en la exploración para reafirmar el compromiso de generar nuevos pozos desde un enfoque distinto, más eficiente con una cartera de oportunidades de exploración de campos maduros y cerrados, que puedan garantizar las inversiones tanto del Estado como de las empresas inversoras.
Dentro de lo planificado para la exploración están el Subandino Sur y Norte, Boomerang y Madre de Dios, donde YPFB asumirá la parte operativa que ejecute estos proyectos por cuenta propia, como también en sociedad estratégica a través de contratos de servicios petroleros (CSP) con empresas operadoras que se encuentren en el país o en el exterior, en la perspectiva de atraer nuevas inversiones, esto reafirma una política comprometida con el desarrollo del país.
El Plan de reactivación del Upstream 2021 da nuevas oportunidades que pretenden incorporar al menos 5 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas en los próximos cuatro años, de esta manera el Estado lleva adelante una estrategia de exploración para subir las reservas, pero también tiene que ir acompañado por el legislativo, apoyando en una nueva ley que permita modificar algunos temas impositivos en la exploración en concreto, para atraer mayores inversiones, pero sí se debe mantener el tema impositivo ya en explotación de los recursos no renovables.
Con reordenamiento de las funciones de las diferentes instituciones que tienen directa relación con los hidrocarburos, se podrá ser más eficiente en los temas de producción y redistribución de regalías e ingresos.
Las sociedades estratégicas con empresas privadas para ejecutar actividades exploratorias en campos maduros y cerrados en Santa Cruz, Cochabamba, Chuquisaca, Tarija, Beni, Pando y La Paz serán garantizadas con seguridad jurídica, trabajando en nuevas leyes y marcos regulatorios que permitirán tener mayores ingresos, no solo para el país sino para los que apuesten por invertir, esta es la diferencia entre un proceso social igualitario, con los procesos que se vivieron en otros gobiernos que solo favorecían a las trasnacionales y no permitían que el boliviano sea parte de los procesos productivos.
Martín Moreira/.


