Ministra de la Presidencia abre página de Facebook como espacio colectivo por la vida y la construcción del Estado Plurinacional
Ministra de la Presidencia abre página de Facebook como espacio colectivo por la vida y la construcción del Estado Plurinacional

La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, abrió este miércoles su página oficial en la red social digital Facebook con el objetivo de contribuir con un espacio colectivo de comunicación, militancia, compromiso con la vida y de construcción del Estado Plurinacional de Bolivia.

“Hoy abro esta página asumiéndola como un espacio colectivo de comunicación, de militancia, de compromiso con la vida, de construcción de nuestro Estado Plurinacional de Bolivia, descolonizado y despatriarcalizado, libre de racismo y discriminación, con crecimiento y justicia social, donde las mujeres tengamos una vida digna y libre de toda forma de violencia”, se lee en una postal difundida en la página.

María Nela Prada Tejada es licenciada en Relaciones Internacionales. Fue posesionada por el presidente Luis Arce como Ministra de la Presidencia el 9 de noviembre de 2020, fecha en la que se convirtió en la primera mujer que ocupa ese cargo.

A cinco horas de su primera publicación, la página de la autoridad gubernamental ya contaba con 3.045 seguidores.


 
Representantes de ayllus de la Marka Payaqullu reciben credenciales para el Concejo de San Lucas
Representantes de ayllus de la Marka Payaqullu reciben credenciales para el Concejo de San Lucas

El Tribunal Electoral Departamental (TED) de Chuquisaca entregó, en Sucre, las credenciales a representantes de los ayllus de la Marka Payaqullu ante el Concejo Municipal de San Lucas en el marco de la Elección de Autoridades Políticas Departamentales y Municipales 2021.

La Sala Plena del TED Chuquisaca, en acto protocolar realizado el lunes en el Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia, hizo la entrega de credenciales a Tata Tiburcio Puma Copa (titular) y Mama Rossemary Gómez Huanca (suplente), representantes de los ayllus Jatun Qhillaja, Asanaque, Llajta Yucasa y Kantu Yucasa, que conforman la Marka Payaqullu en el municipio de San Lucas.

Para la supervisión al cumplimiento de normas y procedimientos propios, el TED Chuquisaca designó una comisión integrada por su presidenta Ximena Camacho Goyzueta y técnicos del Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático (Sifde).

La presidenta de la entidad electoral señaló que el 28 de mayo se desarrolló la supervisión de la elección del representante de los ayllus Marka Payaqullu ante el Concejo Municipal de San Lucas, lo que constituye un hecho histórico para la democracia del departamento, ya que por primera vez un representante de una nación indígena originario campesina es elegido por normas y procedimientos propios para ser parte de un Concejo.

La autoridad dijo que su trascendencia tiene que ver con uno de los conceptos más importantes de la democracia: la inclusión de todas las bolivianas y bolivianos en las decisiones públicas, que en este caso se refleja en la presencia de los ayllus de la Marka Payaqullu en el Concejo Municipal de San Lucas.

En esencia, hoy se consolida la construcción de interculturalidad democrática traducida en relaciones equitativas entre personas de distintas culturas donde la diversidad se vuelve fortaleza y existe disposición empática a comprender y respetar al otro en diálogo horizontal y como testimonio de la visión democrática, inclusiva y respetuosa de la diversidad, aseveró Camacho.


Anuncian la exploración de pozos petroleros en el norte del departamento de La Paz
Anuncian la exploración de pozos petroleros en el norte del departamento de La Paz

El presidente de la Cámara Departamental de Hidrocarburos y Energía de Cochabamba, Christian Torrico, informó que se está trabajando en proyectos para realizar una exploración de pozos petroleros en el norte del departamento de La Paz.

“Estamos viendo la posibilidad de poder encaminar estos proyectos de manera general en el sector hidrocarburos y energías”, explicó la autoridad en entrevista con la televisora RTP.

Según los legisladores que impulsan estos proyectos en el norte paceño, se logró identificar alrededor de 15 pozos, por lo que pretenden que se avance para realizar una exploración, de acuerdo a los resultados que se obtengan de los estudios técnicos.

Torrico indicó que, en caso de tener éxito con los estudios, se podría lograr un plan a mediano y largo plazo para que Bolivia retome su estrategia en esta área productiva.

“(…) poder rencaminar la estrategia de desarrollar toda la cadena productiva es muy importante porque a raíz el golpe de Estado (2019) y de la pandemia, la economía se ha puesto por los pisos”, indicó.

Asimismo, la autoridad afirmó que esta exploración petrolífera se realizará de manera coordinada con los movimientos sociales, autoridades y comunidades originarias. Además, los estudios que se realizan garantizarán la preservación del medioambiente y que se genere un mínimo impacto. 

“Se ha trabajado con la comisión de hidrocarburos de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), los que en representación de las comunidades están siguiendo de cerca (los proyectos), participan con nosotros, gestionan con nosotros la agenda”, indicó Torrico.


Mi La Paz y nuestros grandes desafíos
Mi La Paz y nuestros grandes desafíos

Cuando inició julio, mes de mi La Paz, tomé la decisión de escribir sobre lo maravilloso de esta ciudad, de sus calles hacia el cielo, de sus graderías infinitas, de sus bajadas, de sus callejones perdidos en el corazón, de Jaime Sáenz, de Víctor Hugo Viscarra, de las hermosas y fuertes cholitas, de los corbatudos de última moda, del Hormigón Armado, de las Mujeres Creando, de las laderas, de los mercados, de los cafés, de la zona Sur, de su Illimani, de su Muela y de esa Ceja que se le pega al borde, de su gente y de la gente que llega de todo el país y el mundo a asentarse en esta hoyada, buscando construir futuro.

En esta intención de escribir sobre mi ciudad, me puse a pensar en el estado de situación de la ciudad de La Paz, de sus grandes problemáticas y sus desafíos estructurales. Encontré así el último documento presentado por el programa de ONU-Hábitat en Bolivia, con quienes el Gobierno nacional ha venido trabajando la construcción e implementación de la Política Nacional de Desarrollo Integral de Ciudades. Este documento denominado “Primer Reporte del Estado de la Prosperidad de las Ciudades de Bolivia”, pretende organizar un gran grupo de información que se ha generado, principalmente desde el Gobierno nacional, pero también desde las administraciones locales, implementando un instrumento prefabricado por este organismo internacional para comparar las ciudades a nivel mundial, mediante las condiciones que se incorporan a la condición de “prosperidad” desde la perspectiva de ONU-Hábitat (para otro espacio dejaremos la discusión sobre lo que significa “prosperidad”).

De igual manera, encontré un interesante espacio promovido por el Instituto Boliviano de Urbanismo - IBU (organización de reciente creación mediante la que algunos académicos han comenzado a discutir sobre la situación de las ciudades en Bolivia, sus perspectivas y desafíos) en el que se habló sobre la ciudad de La Paz. Esta mesa de diálogo que se ha generado de manera virtual ha puesto sobre la mesa algunos temas importantes que, desde mi punto de vista, merecen una reflexión y un texto adicional sobre sus afirmaciones respecto de nuestra La Paz.

Tomando en cuenta estos dos escenarios (el institucional presentado por ONU-Hábitat con datos oficiales del Gobierno nacional y del Gobierno Municipal de La Paz, y el otro, académico, reflexivo en su mayoría, que presentaron Marcelo Arroyo, Carlos Villagómez y Hugo José Suárez, con la moderación de Juan Cabrera y Juan Ramón Rivera) intentaré en éste y en el siguiente texto, desde mi humilde posición de ciudadano poco experimentado, menos formado, pero interesado y apasionado de estos temas, hacerlos dialogar y proponer algunos desafíos que parecen estructuralmente fundamentales, o fundamentalmente estructurales, como se lo quiera ver.

Comenzaré diciendo que el trabajo de ONU-Hábitat ha significado un esfuerzo interesante por ordenar la información de las ciudades y diferenciarla de la información municipal genéricamente (no se había logrado antes un resultado similar desde el Estado). Esto ha dejado en evidencia que el país (en general) no cuenta con información desagregada suficientemente para que los gobiernos locales (y el Gobierno nacional) puedan tomar decisiones basados en ese tipo de evidencia, para las ciudades. Más allá de eso, la aplicación del CPI (sigla en inglés para el Índice de Prosperidad de Ciudades) elaborado por el programa de ONU-Hábitat Bolivia, ha sido una decisión tomada por el propio programa y, desde mi punto de vista, puede aún requerir un ajuste en función de las particularidades de nuestro país e incluso de cada una de las ciudades bolivianas. En el intento de consolidar un instrumento que le permita a ONU-Hábitat comparar las ciudades bolivianas con las demás de la región y del mundo, es posible que se haya podido perder la perspectiva de las características concretas de nuestro país. Como decía el arquitecto Villagómez en el espacio generado por el IBU en el caso de La Paz, “es una ciudad con condiciones y características plurinacionales y particulares”, y no está bien encasillarla en un modelo genérico de planificación (y en este caso, de seguimiento y monitoreo). Pienso, por ejemplo, que el CPI no pone atención a una dimensión vital para la vida cotidiana en nuestro país (y que se ha visto aún más importante en el último tiempo), que es la participación activa de la sociedad en la construcción de su ciudad (más allá de la aplicación de mecanismos de democracia tradicional, lo que la gente en esta ciudad ha exigido es la posibilidad de construir su futuro de manera directa). Más allá del esfuerzo y las capacidades institucionales, el aparato público (genéricamente hablando) no logra alcanzar la velocidad con la que la misma población genera soluciones a los problemas que debe enfrentar en el momento en que decide vivir en la ciudad (otro momento discutiremos las razones) y pensar que lo que define la administración de una ciudad termina definiendo todo lo que sucede en la ciudad, es un poco menos que ingenuo. Es la gente, son los nuevos actores, como decía Hugo José Suárez en el espacio del IBU, quienes construyen la ciudad, con, sin, o incluso en contra de la administración pública.

Independientemente de ello, creo que el documento presenta datos que pueden servirnos para identificar el estado de situación de nuestra ciudad de La Paz. El documento evidencia, por ejemplo, que la ciudad de La Paz ha alcanzado una puntuación de 46,3, en una escala del 0 al 100 (correspondiente a la aplicación del CPI, respecto de su índice de prosperidad). Si transferimos esta calificación a la escala educativa tradicional, está claro que, a pesar del esfuerzo desde lo público, La Paz se ha aplazado.

Si vemos la disgregación del CPI para la ciudad de La Paz, además de la situación de la región metropolitana de La Paz, veremos que (como el resto de las ciudades bolivianas) las variables relacionadas a la calidad de vida y equidad social, alcanzan puntuaciones aceptables (66,71% y 75,78%, respectivamente) mientras que en las demás dimensiones de Productividad, Desarrollo de Infraestructura, Sostenibilidad Ambiental y Gobernanza y Legislación, los resultados de la ciudad de La Paz no alcanzan ni el 50% de la puntuación planteada (37,38% en Productividad, 49,92% en Desarrollo de Infraestructura, 29,46% en Sostenibilidad Ambiental y 45,24% en Gobernanza y Legislación Urbana). Nótese que las puntuaciones más bajas de la ciudad de La Paz están relacionadas a su capacidad para producir y a su relación con el medio ambiente, dos cuestiones que en este tiempo han demostrado su conexión directa y urgente.   

Un dato que parece importante: La Paz alcanza una densidad de 7.019 habitantes por kilómetro cuadrado (1,7 millones de personas en 240 km2), muy lejos de la media recomendad por ONU Hábitat, de 15.000 hab/Km2. Considerando el modelo clásico de desarrollo urbano, se presupone que, a mayor densidad, mayores posibilidades de mejorar los datos en las variables de productividad. Sin embargo, este tiempo de pandemia (entre 2020 y 2021) nos han planteado justamente la necesidad de re-pensar este modelo (tal como dice Villagómez en la mesa de discusión organizada por el IBU), especialmente para centros urbanos como los bolivianos en los que, primero, los problemas estructurales no son los mismos a los de las grandes ciudades del mundo y, segundo, la población tiene un arraigo diferente y cuenta con una característica particularmente importante: la multilocalidad. 

Un dato interesante se presenta en la dimensión de inclusión social, donde la ciudad de La Paz alcanza una de las mejores calificaciones a nivel nacional (72,58%), frente al municipio de Achocalla (por ejemplo), también parte de la región metropolitana de La Paz, con uno de los peores resultados (61,02%). Este mismo fenómeno se repite en el índice de calidad de vida, en el que La Paz ha alcanzado una puntuación importante (66,44)%, mientras que sus vecinos están muy por debajo de la media, como por ejemplo Viacha (47,55%), Achocalla (52,34%) e inclusive El Alto (56,36%). Estos datos nos muestran la posible relación dispar entre los diferentes centros urbanos y, por tanto, la presión que unos ejercerán sobre otros.

En cuanto a la dimensión ambiental incorporada por ONU-Hábitat en su CPI, La Paz se encuentra por debajo del promedio de las ciudades bolivianas, con una puntuación de 27,06%. Esta dimensión mide la gestión de los residuos en el territorio y la concentración de CO2 en el aire. Creo que también es importante evaluar las políticas de gestión de residuos y sus impactos en el medio ambiente, no solamente en el territorio particular, sino también en el de sus vecinos, pues, tal como sucede en el caso de La Paz, el impacto de la gestión de residuos sólidos ha generado problemas más allá de sus límites administrativos.

La dimensión de productividad es la peor calificada para La Paz. Entre los indicadores que impactan en esta calificación está, por ejemplo, la capacidad de generación de ingresos propios desde el Gobierno municipal, la generación de empleo y la aglomeración económica. En este último caso, La Paz no pasa de 8,9% en la calificación y representa la ausencia de un modelo de aprovechamiento de la densidad poblacional respecto de la actividad económica. El modelo de ONU-Hábitat (que indirectamente se cuestionó en el evento de IBU) plantea que debe promoverse de mejor manera la aglomeración y la densidad, puesto que ello implica la posibilidad de aprovechar estas características de escala para generar mayor riqueza. Sin embargo, como decían los expertos en el evento del Instituto Boliviano de Urbanismo, es posible, primero, que nosotros tengamos características particulares que no pueden ser evaluadas por una herramienta diseñada para megaciudades y, segundo, las nuevas condiciones postpandemia y los actores paceños (no solamente en La Paz, sino en el mundo) deben hacernos repensar en este modelo de aglomeración y de concentración poblacional. En este marco, también debemos reflexionar sobre la presencia del aparato público y su responsabilidad (para bien o para mal) del movimiento económico en la ciudad de La Paz y veremos la gran dependencia que La Paz tiene del Estado y lo poco que se ha hecho para cambiar esta realidad.

Independientemente de lo que digamos respecto de la pertinencia de esta herramienta desarrollada e implementada por ONU-Hábitat en Bolivia, no hay que negar que aún tenemos en La Paz varios desafíos que deberemos afrontar si queremos recuperar la posición privilegiada en el desarrollo del país y de la región, tal como sucedía en anteriores décadas. Estos desafíos pasan, coincido, por pensar el crecimiento equitativo de la economía en la ciudad, relacionado además y directamente con modelos sostenibles ambientalmente y una perspectiva metropolitana de los grandes problemas físicos (que luego devienen en sociales). Pero se presenta con urgencia un desafío muchísimo más grande y estructural: La construcción de una cultura ciudadana paceña (que pasa por procesos continuos y larguísimos de educación para la ciudadanía, como planteaban en el IBU) que reconozca la corresponsabilidad de la construcción de futuro entre la gente que vivimos en esta hermosa ciudad y las autoridades de turno. Este último desafío es la tarea vital que deberemos enfrentar para que la calidad de vida, la equidad, la productividad y el equilibrio con la Madre Tierra y cualquier otra iniciativa que se pretenda implementar en nuestra hoyada, sea realmente sostenible. Esos son los desafíos que deberemos enfrentar con gran dedicación, para que, como decía en algún otro artículo, logremos construir un pueblo de La Paz, para perpetua memoria.

Javier Reynaldo Delgadillo Andrade/.


Desempeño económico del departamento de La Paz
Desempeño económico del departamento de La Paz

El 16 de julio de cada año se conmemora la Revolución de La Paz, realizada en la misma fecha del año 1809, aquel día los insurgentes se levantaron en contra del dominio español, es así que, Pedro Domingo Murillo se reunía con otros revolucionarios, inspirados en la semilla emancipadora que habían sembrado la revolución francesa, la independencia estadounidense y el cerco a La Paz encabezado por Túpac Katari en 1781, para organizar lo que sería el levantamiento revolucionario y la proclamación de libertad.

La Paz, como sede de gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, ha demostrado que en los últimos años es uno de los principales departamentos que aporta al crecimiento económico del país, no obstante, y ante la ruptura del orden constitucional y la toma de mando del Gobierno de Facto (GF), se interrumpió abruptamente el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP), mediante determinaciones de políticas neoliberales y en contra de los logros alcanzados por el MESCP, impactando negativamente en el desarrollo económico del departamento de La Paz y del resto del país. 

Hasta la gestión pasada, los principales indicadores económicos de La Paz disminuyeron, y más aún con el arribo del COVID-19 y la pésima administración pública del GF; sin embargo, al primer cuatrimestre de 2021 se empiezan a recuperar positivamente dichos indicadores con las medidas adoptadas por el Gobierno del presidente Luis Arce Catacora, para la reconstrucción de la economía boliviana, con pilares basados en el restablecimiento del MESCP, política de sustitución de importaciones, política de redistribución de los ingresos, reactivación de la inversión pública, restablecimiento de la generación de excedentes de las empresas públicas y el plan estratégico de lucha contra el COVID-19.

En este contexto, las recaudaciones tributarias registraron un incremento, de Bs 4.964 millones a mayo de 2020 a Bs 6.481 millones a mayo de 2021, con un aumento del 31%; asimismo, si bien la inversión pública registró una caída del 51% en 2020, hasta abril de 2021 se registra un crecimiento de este indicador en 52%, es decir de $us 51 millones a $us 77 millones, lo cual se plasma en la reactivación de la economía del departamento con la ejecución de proyectos como la “Construcción doble vía El Alto - Viacha Tramo II”, “Construcción doble vía Huarina - Tiquina”, “Hidroeléctrica Miguillas”, “Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear”, “Construcción y equipamiento del Instituto Gastroenterológico”, entre otros de carácter productivo y de infraestructura.

Los depósitos en el sistema financiero registraron un incremento del 3% hasta abril de 2021 respecto al mismo mes de 2020, de $us 13.839 millones a $us 14.289 millones; la cartera crediticia reportó un incremento del 3%, de $us 6.682 millones a $us 6.893 millones, durante el período señalado, en apoyo principalmente a las unidades productivas del departamento. Por otra parte, las exportaciones crecieron en 109%, de $us 331 millones a $us 691 millones, destacando al sector de manufacturas y ventas de minería, lo cual coadyuva al resultado positivo de la Balanza Comercial de nuestro país.  

En el marco de los pilares basados en el restablecimiento del MESCP, en la gestión 2020 el pago del Bono Juancito Pinto benefició a 545.518 estudiantes del nivel primario, secundario, de establecimientos públicos y de convenio, evitando la deserción escolar y apoyando a la conclusión de su formación académica; la Renta Dignidad se entregó a 355.829 personas de la tercera edad en La Paz, con el objeto de aliviar gastos familiares y cubrir necesidades básicas de este grupo vulnerable; el Bono Juana Azurduy benefició a un total de 52.250 madres, niñas y niños menores de dos años; y el Bono Contra el Hambre benefició a 1.421.605 personas en el departamento de La Paz, a mayo de la presente gestión.

Finalmente, los paceños en su aniversario pueden estar orgullosos de pertenecer a uno de los principales departamentos que aporta a los resultados positivos y a la economía del país, permitiendo el retorno a la senda del crecimiento sostenido, al restablecimiento de políticas sociales y la mejora de la calidad de vida.

Fernando Roger Chuquimia Vargas/.


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